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Rincón web de Txabi
Francisco Javier Blanco Herranz

La Luz

Aquí plantearemos cuestiones que afectan principalmente a política turística y a la gestión en destinos. Es la mirada de un generalista, es decir, de un "especialista" en incertidumbre.

Francisco Javier Blanco Herranz

Hoy no resultaría fácil encontrar un programa de acción turística que no apelase al “desarrollo sostenible”, como tampoco lo sería que en cualquier debate turístico o declaración pública, el término “turismo sostenible” no se colase en innumerables ocasiones por cualquiera de los agentes que intervienen en esta industria. Y parece sensato que ello suceda  así. Este principio nuclear de “sostenibilidad” sintetiza nítida y pacíficamente  una aspiración colectiva de hacer las cosas de una manera integrada e inteligente. Es, por tanto, un vector referencial indispensable y una  sabia creación a la hora de orientar cualquier política turística.

 

Pero me da la impresión de que, como sucede con tantos otros vocablos,  de tanto y tanto usarse, a modo de bálsamo de Fierabrás, se ha podido llegar a  abusar del mismo  forzando su recto entendimiento y debilitando su noble y primigenio significado. Un término, este de sostenibilidad,  demasiadas veces invocado impúdicamente por quienes no sólo no la han practicado dentro de su agenda de responsabilidades sino que además han contribuido a crecimientos poco responsables socialmente. Por ello, a veces “duele en los labios cuando se pronuncia”.

 

Se trataría en nuestra práctica de que la distancia entre la retórica bien construida y nuestras acciones no fuera tan kilométrica. Se trataría de advertir y advertirnos que la mera instalación en la comodidad de los discursos sostenibles no nos sorprendiese sin el coraje y la convicción necesarias para emprender el cambio o sin la las herramientas y la organización adecuadas para ello. Necesitamos dotarnos de ejemplos claramente transformadores (a veces siento la necesidad de emplear la acepción  “turismo renovable”), que se atrevan a intentar desbrozar nuevos caminos en estas sendas ciertamente complejas e intrincadas del turismo de hoy.

 

Hace aproximadamente dos años tuve la suerte de compartir una mañana en Madrid con el gran poeta de la experiencia cotidiana Luis García Montero. Teníamos el honor de que nos presentara el libro “La Ruta de la Luz”, editado por nuestro Patronato. De sus hermosas palabras recuerdo una que, desde entonces, revolotea en mi mente y ofrece otra profundidad y matices  a mi visión del quehacer turístico: el “turismo civilizado”. Sin el ejercicio del viajar no se completa un cabal entendimiento de la civilización en la que nos reconocemos, en sus valores y creencias. Un turismo conectado con las raíces de la ciudadanía democrática y los fundamentos de la cultura.

 

Seguimos reivindicando la lucha tenaz en favor de la sostenibilidad para nuestro turismo pero, al mismo tiempo, creemos en su íntima conexión con las exigencias del turismo del sentido común, de la sensibilidad, de  la belleza, “tan distante del clasismo como de la vulgaridad”, mediante ofertas que conecten con los fundamentos más visibles y avanzados de nuestra civilización, los de la cultura, el buen gusto y  la educación.

 

Por ello, el título de este post  quería ser, por una parte,  un homenaje al admirado  Jorge Wagensberg, que nos enseña como pocos a pensar y a reflexionar, y por otra, -y ya que estamos en un mundo de incertidumbres, más de respuestas que de preguntas- una modesta invitación a intentar responder desde este foro a Si “turismo civilizado” es la respuesta, ¿Cuál era la pregunta?.  ¡Saludos cordiales!

Tags: turismo civilizado, turismo sostenible, Huelva, sostenibilidad
Añadir comentario 7 comentarios
Esther Mascaró Puntí
#1 Esther dice:

Hola, Javier! Qué bien econtrarte por aquí.
Bueno, yo creo que lo realmente importante son las preguntas. Las respuestas muchas veces llevan a error, confusión o malos entendidos. En cambio, las preguntas suelen ser certeras y dicen tanto del que las formula como del que las recibe.
Estoy convencida de que el turismo civilizado es el único posible, y pienso también que es hacia donde vamos. La empresa que no sea capaz de seguir las exigencias del ciudadano convertido en turista, no sobrevivirá. El llamado turismo de masas seguirá existiendo, claro, pero se quedará con un mero valor cuantitativo. El auténtico valor está cada día más en manos de personas que buscan otras cosas, esas que tú dices, y que valoran el encontrarlas.
Igualmente, sólo los destinos que busquen y reciban a este tipo de turistas sobrevivirán.
Lo que quisiera saber es si destinos y empresas son conscientes de este cambio que está iniciándose...
Un saludo!

Escrito el 17 de Marzo de 2008, hace más de 5 años
Carolina Sánchez Velasco
#2 Carol dice:

Tienes razón. Sostenibilidad, al igual que solidaridad son palabras desgastadas. Aún así aluden a conceptos básicos, que necesitaremos si queremos cambiar el rumbo del crecimiento colectivo. Me refiero al crecimiento del ser humano como ser social y también como ser consumidor.
Creo que el aceptar que estamos cambiando los ecosistemas y destruyendo el planeta, y darnos cuenta de que somos los responsables de esta destrucción, son pasos imprescindibles para avanzar.
También creo que mientras que seamos turistas de masa (cámara en ristre, visitando en microbús antiguos restos de civilizaciones perdidas) en vez de ser viajeros en busca del conocimiento humano, seguiremos destruyendo nuestra naturaleza.
Sostenibilidad sí, pero fundamentada en el respeto, en general. Siento ponerme tan filosófica. Pero es lunes por la mañana, ¡qué mejor momento para filosofar!

Escrito el 17 de Marzo de 2008, hace más de 5 años
Carlos Alvarez Prada
#3 calvarez dice:

Resulta tan complicado hablar de civilización en el turismo...
¿Es civilizado lo que se ha hecho en gran parte de la costa mediterránea española?
¿Es civilizado viajar a destinos en los que la población tiene limitados sus derechos más básicos?
¿Es civilizado restregar a los habitantes de esos destinos exóticos nuestros 4x4, nuestras carteras bien surtidas y ametrallearles con nuestras cámaras digitales?
¿Es civilizado lo que ocurre cada día en los controles de seguridad de los aeropuertos?
¿Puede llegar a considerarse algún día el turismo como algo civilizado?

Escrito el 17 de Marzo de 2008, hace más de 5 años
Ángeles  Vargas
#4 Angeles dice:

Creo que aún no son conscientes y la mayoría ve la sostenibilidad como una moda. Creo que se convencerán más cuando vean que realmente forma parte del negocio por dos razones: porque la sostenibilidad, como decís, es imprescindible para la conservación del destino; y porque la no explotación indiscriminada de recursos también conduce a ahorros y, por tanto, repercute en la rentabilidad.
La clave está en la formación de todos los elementos de la cadena, que en la empresa comprende desde el director de un hotel hasta el que se encarga de tirar la basura; y en los destinos implica una importante concienciación de la población, y un mensaje claro a los potenciales visitantes.

Escrito el 17 de Marzo de 2008, hace más de 5 años
Esther Mascaró Puntí
#5 Esther dice:

¿Y si nos apuntamos todos al turismo civilizadoR?
Creo que es la clave, sobre todo si se trata de convertir en destino turístico a los países en vías de desarrollo. No podemos saquearles. Se trata de un intercambio, ¿no?

Escrito el 17 de Marzo de 2008, hace más de 5 años
Francisco Javier Blanco Herranz
#6 Txabi dice:

Mi pretensión era muy limitada: aproximarme a otros acentos, a otros matices, sobre la idea central de sostenibilidad en el turismo. Es obvio que no se trataría de cambiar la sociedad a través de la fuerza del turismo, sino de que estos enfoques vayan penetrando gradualmente en los diferentes sistemas turísticos asentando una nueva cultura. Estamos probablemente ante un proceso largo y complejo, pero creo que tenemos ante nosotros oportunidades para sentirnos razonablemente optimistas o, caso contrario,…..para dedicarnos a otra cosa (entre otras muchas razones, por constatar una nueva opinión pública que crece en esta dirección con el apoyo de poderosas plataformas globales por el cambio en el planeta; con redes sociales positivas, como p.e., ésta en la que nos encontramos, o con nuevos instrumentos estratégicos de política turística orientados muy correctamente).

Coincido plenamente con Carol, en la idea central del “respeto” aplicada a este proceso de la sostenibilidad. Sin ella, sus contornos se difuminarían hasta extinguirse. Y estoy muy de acuerdo con la reflexión expresada por Esther.

Las preguntas que formula “calvarez” son, a mi juicio, plenamente oportunas y evidencian justamente la existencia de múltiples carencias en el desarrollo y práctica turísticas, que debemos no sólo denunciar, sino contribuir a corregirlas. Las normas turísticas predemocráticas vigentes en España en los años 60/70, en materia de planificación, eran formalmente impecables en cuanto a los objetivos y finalidades del desarrollo turístico controlado que se proponía para este país, pero fueron, al mismo tiempo, la cobertura para que se produjeran tantos desmanes, sobre todo en las costas. Pero, sobre estas cuestiones habrá tiempo, en ocasiones futuras, para realizar alguna reflexión sobre el rendimiento de la legislación y planes existentes, pasados y presentes, en términos de contribución al proceso de desarrollo turístico sostenible.

Las claves que plantea Ángeles me parecen idóneas, especialmente la que se refiere a los procesos de sensibilización ciudadana, sobre los que me gustaría volver en otro momento, y a los que puede augurarse un largo recorrido.

Gracias sinceras por llenar muchas de las lagunas de mi comentario inicial.

Escrito el 17 de Marzo de 2008, hace más de 5 años
Alfonso Vargas Sánchez
#7 vargas dice:

Hola. En la línea de Ángeles, quisiera añadir algo que es fruto de un estudio que hemos hecho en los hoteles de la provincia de Huelva. En este tema, como en cualquier otro, existen factores que presionan a las empresas a adoptar prácticas de gestión. Con referencia al medio ambiente, y al grado de desarrollo de los sistemas de gestión medioambiental, la imagen, el sentido de responsabilidad social y las obligaciones legales son los que más influyen en la adopción de prácticas respetuosas con el medio ambiente. A un menor nivel se encuentran la demanda existente en el mercado y las "exigencias" de las asociaciones empresariales.
Por tanto, hay un "gap" que ralentiza la asimilación de estos conceptos, que viene de la mano, sobre todo, de los clientes, de los turistas, que aún no son demasiado exigentes en este tema, y de las organizaciones representativas del sector que tampoco se toman estos asuntos, quizás, con suficiente énfasis.
Queden ahí, por tanto, esos dos caballos de batalla, junto al concepto de turismo responsable (o socialmente responsable), que particularmente a mi me gusta.
Por si fuera de interés, la referencia completa del estudio (artículo) citado es:
"Evaluating the dimensions of the environment management in the hospitality sector: the case of the Spanish province of Huelva", Int. J. Business Environment, 2008, 2 (1), 17-37.

Escrito el 17 de Marzo de 2008, hace más de 5 años