El último post de Rafa sobre la curiosidad del cambio horario me ha hecho pensar en otra curiosidad que no tiene nada que ver con el turismo, pero que sà tiene que ver con lo que decÃa él. Os lo cuento aún sabiendo que quizá diréis: ¿Y esto qué tiene que ver con lo que hacemos aquÃ? Pues nada..., pero al fin y al cabo, estamos en La Luna, ¿no?
Resulta que el año 45 antes de nuestra era, Julio César reformó el calendario romano y adoptó los principios del calendario Juliano, basado en un año aproximado de 365 dÃas y un cuarto. César no tuvo en cuenta las horas y los minutos adicionales y completó las tres cuartas partes del dÃa que faltaban con la previsión de un año de 366 dÃas, llamado bisiesto por sus dos seises, cada cuatro años. El sistema funcionaba bien, pero añadÃa 11 minutos y 14 segundos a la duración de cada año.
A lo largo de los siglos, estos minutos suplementarios se fueron acumulando hasta formar dÃas (unos siete por milenio). O sea, que el calendario de César estaba condenado a volverse de cada vez más incorrecto con los años.
En el siglo XVI, en la época del papa Gregorio XIII, se habÃan acumulado 10 dÃas suplementarios. La "pequeña" diferencia empezaba a plantear problemas prácticos a los sacerdotes y a los astrónomos especialmente, a la hora de determinar las fechas de los equinocios y los solsticios. En 1578, Gregorio XIII tuvo que tomar medidas y confió la solución del problema a un matemático jesuita, Cristophorus Clavius. Asà nació un nuevo calendario, el llamado gregoriano, que fue proclamado en 1582.
¿Y cuál fue la solución que propuso? (Y aquà viene lo que os querÃa contar): Pues por un lado suprimÃa 10 dÃas del año en curso (!!), o sea, que en 1582, los dÃas comprendidos entre el 5 y el 14 de octubre simplemente desaparecieron (!!). Por arte de magia, tras el 4 de octubre, ese año, vino el 15 de octubre.
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Y para evitar que se repitiera el problema en el futuro, decidieron jugar con los años bisiestos, como comodines, añadiéndolos o retirándolos según la necesidad de ajustar el calendario. Clavius sustituyó la base de 365 dÃas y un cuarto por una aproximación más exacta: 365,2422 dÃas. Decidió suprimir un año bisiesto una vez por siglo, pero ese año debÃa restablecerse en los cambios de siglo divisibles por 400..., lo que se hizo en el 2000, que fue bisiesto por este motivo. Y todo ello para conseguir que el calendario cuadrase el máximo posible con el movimieno de los planetas!
¿Consiguieron eliminar el error? No del todo, todavÃa existe una desviación mÃnima de 25,96 segundos, que da un dÃa suplementario cada 2.800 años aproximadamente.
Disculpadme el rollo, pero me morÃa de ganas por contarlo. No es que sea un secreto, seguramente muchos ya lo sabÃais, pero es algo que siempre me ha fascinado: la relación de la naturaleza con la mente humana.
En fin, feliz domingo;-)
Esther, el hecho de que no tenga que ver con el turismo creo que no tene la más mÃnima importancia.
Creo que un blog pude permitirse este tipo de licencias, las cuales, por otro lado, vienen muy bien para quien las escribe y para quien las lee, sobre todo si sirven para relajar la mente.
Tengo algún post guardado que habla de la relación de la naturaleza con la mente humana. Cualquier dÃa los publico.
Muy interesante y, escrito asÃ, da gusto leerlo.
Un saludo
Rafa
Gracias, Rafa! Espero con ganas esos posts prometidos sobre la relación de la naturaleza con la mente humana.
saludos!
Ahhh, muy curioso, no tenÃa ni idea de que fuera asà la cosa. Siempre está bien irse a la cama con algo nuevo aprendido durante el dÃa y aunque nuestra comunidad es dedicada al turismo, por qué no van a caber curiosidades de este tipo??, siempre van bien para refrescar un poco el 'ambiente' y aprender cosas.