SÃ, lo se, en ocasiones escribo unos artÃculos extrañÃsimos, nacidos de ideas peregrinas o cogidos por los pelos. Qué quereis, son fruto de mi lado friki (no desespereis, todos tenemos un lado friki, lo que pasa es que algunos no lo saben).
Bueno, el caso es que el otro dÃa, volviendo de Foro Hosteltur, pusieron en el tren la pelÃcula Ratatouille. Para los que no la hayais visto, trata de Remy, una rata con un gusto exquisito que se niega a comer lo que las demás ratas y quiere hacerse un gran cocinero. Es una muy buena pelÃcula, muy recomendable no sólo para los pequeños.
El caso es que viendo la pelÃcula me dio por pensar (peligro, peligro) y me surgieron varias ideas.
El talento está la mayorÃa de las veces oculto. Tenemos un sistema de gestión, y los hoteles son un claro ejemplo, en que no permitimos que surja el talento. Preferimos trabajadores obedientes  a trabajadores creativos. Y, sinceramente, creo que esta es una estrategia perdedora. Nadie puede esperar que Remy tenga talento para la cocina, pero lo tiene, y termina demostrándolo sobre todo porque hay gente (Linguini, Tatou y Anton Ego) que creen en él. Debemos fomentar mecanismos que permitan reconocer e incentivar el talento.
Es bueno rectificar. O mejor dicho, no es malo. Hay una muy fuerte resistencia de los directivos a rectificar, consideran que es un signo de debilidad, y cuando han de cambiar una decisión la envuelven en razonamientos extraños que en ocasiones tratan de derivar la culpa hacia otra persona. Rectificar, y reconocer la rectificación, da un halo de honestidad y genera confianza. Anton Ego es el crÃtico más duro y enemigo del restaurante donde trabaja Remy, un personaje siniestro, pero cuando comprende su equivocación es capaz de reconocerlo incluso perdiendo todo su prestigio como crÃtico. La verdad y la honestidad por encima del ego.
El poder de la colaboración. Nada se consigue solo, o al menos se consigue la Ãnfima parte de lo que se consigue aunando esfuerzos. Un hotel es un proyecto común en el que todos son importantes y todos han de estar motivados. Repartir la responsabilidad implica repartir el mérito. Ningún directivo triunfa en un hotel sin una buena plantilla detrás. Tal vez el mayor mérito que puede tener un directivo es crear una gran plantilla y dejarla trabajar. Remy tiene un momento de zozobra cuando se queda solo ante un restaurante lleno de comensales. Es entonces cuando todas las ratas de su familia acuden en su ayuda y colaboran para que la jornada sea un éxito. Por otro lado, ante la imposibilidad de mostrarse, Remy recibe la colaboración del pinche Linguini, que pone la imagen mientras la rata pone el talento. Es una colaboración de la que ambos se benefician.
Todos tenemos un lugar donde somos valiosos. No importa que no lo parezca, todos somos validos para trabajar en un hotel, sólo hemos de encontrar nuestro lugar. Cualquier persona tiene valores que sabresalen sobre el resto (fuerza, capacidad de trabajo, don de gentes, gestión de crisis…) y que le permiten aportar un activo a la organización. Linguini, el pinche, es un pésimo cocinero, pero un gran camarero y sobre todo un magnÃfico trabajador en equipo.
Puede haber más reflexiones, pero me gustarÃa que quienes hubierais visto la pelÃcula las aportarais. Y si no de esta pelÃcula de otras que os hayan hecho pensar. Animo, aportad vuestro movie management.
¡Genial! El post
Juan, queremos más frikis como tú.
Me encantó la pelÃcula y me ha encantado tu post, porque sigo pensando que el contar cuentos no ha perdido su vigencia, y que si los humanos se han contado cuentos desde el año cero, por algo será. Extraer moralejas, lecciones o ejemplos de los cuentos, de las historias, es hacerles justicia y demostrar una inteligencia que a veces se echa de menos en este mundo en el que no hay tiempo para lo que no sea inmediatamente productivo. Los cuentos garantizan un beneficio a medio y largo plazo a quien es capaz de extraerles su esencia, igual que el "Ratatouille management" garantiza el éxito a quien lo practique. Estoy segura. ;)