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Juan López Sobejano

Juan Sobejano

Hablamos de calidad, RRHH y gestión hotelera, de sostenibilidad de destinos, de marketing turístico y de Turismo 2.0

Juan López Sobejano
Publicado por JuanSobejano el 10 de Septiembre de 2008

Pido perdón de antemano por este artículo y su enfoque más filosófico que otra cosa. Creo que un tema como el de la libertad necesita para su desarrollo en una organización una serie de consideraciones previas que vamos a tratar de plasmar ahora.

Este artículo viene de las reflexiones producidas por la lectura de un trabajo de Santiago Rodríguez Rivarola, Libertad y orden. Breve ensayo entre Hayek y Spinoza. Por su caracter marcadamente filosófico y para no aumentar la complejidad del artículo nos vamos a centrar en las ideas de Friedrich Hayek, que tiene un perfil más social y economicista.

En efecto, no vamos a hablar de una libertad exclusivamente interna, natural, propia de las disquisiciones privadas de cada ser humano, sino que vamos a buscar un enfoque social, casi político (en su acepción griega), que deriva y afecta a la relación del sujeto con la comunidad.

Hayek representa junto con Mises, Berlin y Friedman una de las cumbres del pensamiento liberal. Dejando de lado posibles juicios políticos, resulta muy interesante su concepto de libertad, que ya apuntábamos en otro artículo.

La libertad, para esta corriente, es la posibilidad de llegar a acuerdos con otros individuos sin interferencias por parte de terceros, con la condición de no causar daño a nadie. Es este el concepto de libertad negativa. Esta libertad supone un concepto de libertad colaborativa, concebida para ser proyectada a la sociedad. La corriente existencialista, por el contrario, entiende la libertad como una cualidad exclusiva, limitada por la libertad de los demás. “Mi libertad choca con la libertad del otro, que es la que pone límites a mi libertad”, dicen.

Este concepto de libertad negativa supone una primera aproximación interesante al concepto de libertad aplicable a una organización, un hotel, por ejemplo, en cuanto instrumento de gestión para los empleados. Es cierto que el liberalismo enfoca principalmente la libertad desde un punto de vista económico, de intercambio de bienes, y es en este sentido en el que nos será útil para aplicarlo a una organización turística.

Conviene llamar la atención sobre la limitación/condición ”no causar daño a nadie”. Esto supone en sí mismo la asunción de la responsabilidad en cuanto a que debemos gestionar una libertad no ilimitada, sino encaminada hacia el bien tanto propio como de la otra parte, pero que a su vez no cause un perjuicio a un tercero.

Apliquemos ya esta teoría de la libertad al trabajo hotelero. El trabajador ha de tener la suficiente libertad como para poder mantener una relación de intercambio con el cliente. Es el propio trabajador el que ha de gestionar el momento de la verdad sin más limitaciones que las que luego comentaremos.

Por supuesto la libertad que gestiona un trabajador en un hotel no busca un beneficio propio directo, sino derivado, temporalmente secundario. El principal beneficiario de esa libertad es el cliente que obtiene el bien de un servicio adecuado a sus necesidades y gustos. Sin embargo el trabajador siempre tiene en mente los beneficios que conseguirá a través del salario material y otras motivaciones como el salario emocional o los beneficios de la satisfacción resultante de una acción motivada.

El hecho de que no exista un beneficio inmediato para el trabajador da una importancia especial a la voluntariedad. Toda acción libre ha de ser voluntaria y, por lo tanto, tener un alto grado de implicación del trabajador con la organización. Por tanto partimos de la base de que ambas parte, cliente y trabajador, quieren libremente mantener una relación de intercambio.

Pero la teiría liberal considera que para que esa libertad negativa pueda desarrollarse, ha de existir un sosten, unos predeterminates que la hagan posible. Cuando habla del mercado, la teoría liberal pone como garantes al orden legal y al Estado. En el caso de una organización hotelera podemos hablar de una cultura y normas internas y de la dirección.

Ahora estamos hablando de la libertad positiva, la libertad que tienen los directivos y/o propietarios de crear y dar forma a la organización, de crear las reglas de juego a partir de las cuales trabajadores y cliente se relacionan en libertad. No puede existir libertad negativa sin libertad positiva, no puede actuar el trabajador en libertad sin que la dirección se lo recozca y cree el entorno para ello.

El mayor beneficio para la organización surgirá siempre del ejercicio de la libertad negativa, pero esta no se sostiene sin una cultura, política y normas en la organización, en el hotel.

Trabajador y cliente se relacionan con el convencimiento de que quieren un beneficio mutuo, y nadie mejor que ellos para gestionar ese momento de la verdad. Pero esto no es posible sin que la dirección esté convencidad de las bondades de ejercitar esta libertad negativa.

Tags: Libertad, RRHH
Licencia: Reconocimiento
Añadir comentario 1 comentario
Esther Mascaró Puntí
#1 Esther dice:

La libertad..., bonito tema y curiosamente, muchos a los que podríamos preguntar no la relacionarían con el trabajo, con las obligaciones laborales, con la posiblidad de disfrutar haciendo lo que hacemos cada día, con la existencia de jefes, con la colaboración...
Juan, hablas de responsabilidad y de voluntad, y está claro que una y otra son fundamentales. La libertad sin responsabilidad no existe, no es libertad. Y la voluntad es el motor que mueve el mundo, que nos mueve a nosotros. Sin embargo, ¿cuántas veces al día oímos eso de que "no puedo", "no lo sé", "no caigo", "no me gusta", "no sé si...", el resumen de todo eso es "no quiero", aunque a veces nosotros mismos lo ignoremos porque nos encantan las excusas y cargarle la culpa a otro, aunque sea el destino, la mala suerte o el choque de partículas.
El "yo quiero" es la frase más poderosa del universo, y si todos los trabajadores del sector, directivos, profesionales, propietarios, inversores, administradores tuviesen claro su potencial, otro gallo nos cantaría. Tanto a nivel individual -como personas que trabajan para cubrir unas necesidades económicas pero también otras cosas más importantes-, como a nivel de empresa y de sector -reconociendo la importancia de esas cosas que están más allá del dinero-.
Pues eso. Libérté, égalité, fraternité!!
Besades

Escrito el 11 de Septiembre de 2008, hace más de 5 años