Como en aquella película de Sidney Pollack (Danzad, danzad malditos), donde Jane Fonda y Michael Sarrazin se veían obligados a bailar sin descanso en un concurso para poder comer. La Gran Depresión llevaba a cientos de parejas a sobrevivir. Un retrato de una realidad. El retrato de una necesidad que empujaba a las personas a buscar de manera original, sustento participando en un concurso de baile. Mientras bailaban comían y podían aspirar al premio final.
Algo así parece que ocurre con la innovación. Desde hace unos meses parece que no hay otra tarea, otra solución para las empresas españolas, para las compañías turísticas. Debemos entrar en esa gran sala de baila y concursar en la innovación hasta caer exhaustos o conseguir el primer premio que nos permita vivir con holgadamente. La Gran Depresión está consiguiendo lo que no hizo la cordura empresarial y gubernamental. Está obligando a las organizaciones a pensar cada vez más en la innovación como salida.
La repetición de este mantra parece que va calando. Lo que no parece tan claro es que haya una política bien instrumentalizada para crear las bases necesarias que desarrollen esa innovación empresarial al margen de ciertas líneas de ayudas. Un corpus bien organizado que siente bases sólidas para que este proceso no sea flor de un día.
Algunas veces pienso que esta parte de la actividad empresarial, no se sabe como abordar este tema. Ayer salía una noticia en Hosteltur "España ha de ser lider en innovación". Pero en que parte. La innovación no es una caja de herramientas de la que se toma un martillo y ya está. Detrás de ella hay todo un proceso, una cultura interna de la empresa y externa (una sociedad dinámica, un mercado exigente, instituciones investigadoras,...).
El sector turístico español ha desembarcado muy recientemente en el campo de la innovación. Aún no ha definido las parcelas donde debe desarrollarla con más intensidad. Prácticamente todo su discurso se ha centrado en la web2.0,en ciertos rasgos de distribución y algunas pinceledas tecnológicas. La innovación se ha circuscrito en el terreno de los hoteles al abuso del diseño. Cabe preguntarse, ¿no hay más posibilidades, más campos donde aplicarla?. Sin duda los hay, sin duda somos capaces de aplicar innovación abierta, innovación radical o incremental -siendo esta la más propicia al sector-. Falta más definición por parte de las empresas y que éstas trasladen sus necesidades a institutos de investigación y universidades. No creo que el turismo sólo pueda participar de la "i" pequeña de la triada I+D+i. Se puede investigar como hacen otras partes del tejido productivo, una investigación que debe estar en manos, como decía, de la universidad e institutos, pero una investigación cuya iniciativa debe salir de las empresas.
Faltán ideas o falta una política que favorezca la eclosión de esta disciplina. Una política que favorezca el desarrollo de proyectos empresariales más que de administraciones públicas como está ocurriendo; que una lo público y lo privado; que tenga continuidad y paciencia porque estamos ante un proyecto a medio plazo que tendrá éxitos y fracasos por igual. Si se quiere ser lider hay que hacer algo más que desearlo o decirlo. Hablar y debatir está bien pero creo que hay que pasar a la acción.
Verdades como puño que, mucho me temo, se quedará en el debate y en usar nuestra "gran virtud" de pedigüeño y sansacabó. Desde 1.962 que estoy en esto del turismo, ya he vivido de cinco a seis crisis lo suficientemente grave como para que se HICIERA ALGO. Cuándo yo indicaba en mis conferencias o seminarios algunas de las correcciones que habría que hacer, los empresarios me miraban como si yo fuese un extraterrestre y el resumen siempre era que HABÍA QUE PEDIR A LAS ADMINISTRACIONES QUE COLABORASEN MÁS.
Como veía que no se hacía casi nada, intenté poner mi granito de arena fundando ACRHOTEL y BEST WESTERN ESPAÑA. No sirvió más que para comprobar, muchas veces más, la GRAN ENVIDIA que hay en este país. Los empresarios y ejecutivos preferían dejarme tuerto (y que las cosas no salieran adelante), aunque ELLOS SE QUEDARAN CIEGOS.
Por desgracia, no creo que hayamos cambiado y lo digo con todo el dolor de mi corazón y de mi mente, pensando en lo absurdo que somos...
Saludos, Eduardo
Gracias por el comentario. La verdad es que es un sector bien complicado...en fin algún día en la distancia corta te comentaré algunas cosas sobre los ciegos y los tuertos. Saludos