Dedico este cuento para todos los que sufrimos el rol de ser (o querer ser) super GUAYS y lo que dicen los demas tiene un peso especifico en nuestros sentimientos e incluso en nuestra posición profesional, tambien para nosotros mismos para que nos recuerde que pensemos antes de abrir nuestra boca y opinemos con respeto, al fin y al cabo no sabemos el verdader valor de lo que juzgamos...
¡Ahi va!!
EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO (Popular)
Hay una vieja historia de un joven que concurrió a un sabio
En busca de ayuda. Su problema me hace acordar al tuyo.
—Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo
fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago
nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo
mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
—Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo
resolver primero mi propio problema. Quizás después... –y
haciendo una pausa agregó— Si quisieras ayudarme tú a mÃ, yo
podrÃa resolver este tema con más rapidez y después tal vez te
pueda ayudar.
—E... encantado, maestro –titubeó el joven pero sintió
que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
—Bien –asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba
en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al
muchacho, agregó –toma el caballo que está allà afuera y
cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo
que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la
mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de
oro. Vete antes y regresa con esa moneda lo más rápido que
puedas.
El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer al anillo a los mercaderes.
Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decÃa lo
que pretendÃa por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos
reÃan, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan
amable como para tomarse la molestia de explicarle que una
moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un
anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de
plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenÃa instrucciones
de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba
en el mercado –más de cien personas— y abatido por su
fracaso, montó su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa
moneda de oro. PodrÃa entonces habérsela entregado al maestro
para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo
y ayuda.
Entró en la habitación.
—Maestro –dijo— lo siento, no es posible conseguir lo que
me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de
plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del
verdadero valor del anillo.
—Qué importante lo que dijiste, joven amigo –contestó
sonriente el maestro—. Debemos saber primero el verdadero
valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor
que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y
pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca,
no se lo vendas. Vuelve aquà con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con
su lupa, lo pesó y luego le dijo:
—Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya,
no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
¡¿58 monedas?! –exclamó el joven.
—Sà –replicó el joyero— Yo sé que con tiempo podrÃamos
obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es
urgente...
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle
lo sucedido.
—Siéntate –dijo el maestro después de escucharlo—. Tú
eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo
puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la
vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo
pequeño de su mano izquierda.
Sinceramente el maestro tiene bastante razón ,nos pasamos media vida tratando de agradar a otras personas ,haciendo cosas para que el resto del mundo nos valore mas y casi siempre olvidamos lo que realmente somos y lo que de verdad valemos ,creemos que por que fulanito diga de nosotros que no somos gran cosa ,entonces es por que no somos gran cosa,y olvidamos que la única persona que sabe al 100% lo que valemos somos nosotros mismos,no se por que razón creemos que por que una persona nos diga que somos buenos o malos es lo que de verdad somos ,quizás sea por que vivimos en un mundo en el que no importa quien eres de verdad sino como te ven los demás ,te tienes que ajustar a unas ciertas normas que quizás no se ajusten contigo pero en lugar enfrentarte a esas normal y al resto del mundo por ser quien de verdad eres,sencillamente lo aceptamos ,cuando en verdad hasta el que supuestamente no sirve de nada es de un gran valor para muchÃsima gente
Es como el mundo habitual en el que vivimos, parece que una célula por ejemplo no sirve de nada, es algo minúsculo sin embargo es de lo mas importante en nuestras vidas ya que sin estas no podrÃamos existir
En fin solo me queda decir una cosa, mas bien una recomendación, dejar de pensar en el valor que tenéis y disfrutemos de todo lo que se nos da lo merezcamos o no
ESCRIBO ESTO AL HILO de distintas convesaciones abiertas en distintos foros... como por ejemplo esta, muy interesante:
http://comunidad.hosteltur.com/post/2009-10-10-... entrad leed y vereis como habeis tenido sa vivivencia alguna vez, jajaja.
Algún dia contare mi teoria sobre las razas de las personas (bueno no es mia es una adpatación de muchas experiencias y apredizaje de otros y propias)
Muchas gracias Mariola, seguro que tiene mucho exito.Se lo he reenviado a una buena amiga que estaba un poco ploff por el mismo tema - Se ha emociado y como ami, le ha encantado.
Un abrazo
Simplemente Esplendido =)
Estas lecturas están de cine para esos momentos un poco bajos que a veces nos visitan.
Me gusta.
Este post, para mÃs es como mi libro de Mafalda, en los momentos de bajón se leen y mejora tu esperanza en tus posibilidades.
Hombre Carlos!!! Siempre tan pragmático... Me encanta Mafalda
LA PUCHA PIBE!!!!
Hola Mariola,
ConocÃa el cuento, pero hacÃa mucho que no lo leÃa. Gracias, siempre es agradable releer historias que nos dan ánimos y nos hacen sentir bien.
Saludos.
Muchas gracias por tu cuento, ya te dije... Y le pasé el cuento a mis amigos, porque creo es muy bueno!
Me parece un cuento muy interesante y me da que pensar. Me pregunto ¿Cuántas veces, cuando entregamos un currÃculum, estamos mostrando el anillo a un joyero y cuántas a un transeunte? ¿Cómo podemos saberlo?
Ups!! K pregunta!! El joyero solo tiene k mirar un instante para ver la joya k hay en ti y si le encajas en el dedo k keria embellecer... Entrega tu curriculum solo ahà donde te gustarÃa estar y brillar, no se lo des a mercaderes d chatarra. Aunke vieren el brillo no sabrÃan sacarle partido.
Tienes toda la razón Mariola. Gracias por el cuento y el consejo! :-)
En eso estoy desde hace algún tiempo, mandando currÃculums a lugares que me parecen interesantes.
Cuéntanos tu teorÃa sobre las razas.
Un saludo.