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Grupo ANECDOTARIO TURISITICO

Blog del grupo ANECDOTARIO TURISITICO

Marina Boggio
Publicado por Marinyn el 8 de Noviembre de 2009

A veces no nos damos cuenta de lo pequeños que pueden ser los sitios en que nos movemos.

Una noche entró al hotel una señora tímida y cansada. Con un susurro me pidió una habitación, pero aclaró "que sea grande, es que soy claustrofóbica". Le expliqué que todas nuestras habitaciones tenían más o menos el mismo tamaño, pero tenía libre una con terracita, que al menos podía salir a tomar el aire si lo necesitaba.

La mujer aceptó con resignación. Parecía una vieja ama de casa, de esas que no se hallan fuera de su entorno, y mientras apuntaba los datos me preguntaba qué le habría pasado. Parecía un fantasma, sin maleta, ni una bolsa, angustiada, sola.

Cuando le di la llave su temor aumentó. Había llegado el momento. Para que se sintiera más segura la acompañé hasta la habitación y me aseguré de que no se sentía mal, y de que no quería que llamara a un médico.

Mientras me decía que estaba bien se le caían las lágrimas.

"¿No te puedes quedar conmigo?" me preguntó. "No, lo siento, tengo que estar en la recepción, pero usted puede quedarse en el hall o llamarme cuando necesite algo", respondí. "También puede dejar la puerta o la ventana entreabiertas, no va a pasarle nada, es un lugar muy seguro." No sé si eso la hacía sentirse más tranquila o le daba más miedo.

No recibí ninguna llamada por la noche, ni bajó a visitarme tampoco. Llegar hasta ahí, pasar por las escaleras, estar en un sitio desconocido, debe haber sido demasiado agotador, como debe ser agotador en extremo vivir en un mundo tan pequeño, tan apretado, tan cercado, y rodeado de gente que no tiene esas sensaciones.

Todos los que tengan alguna fobia lo entenderán.

 

Tags: Hoteles, anécdota, fobias, miedos
Licencia: Reconocimiento
Añadir comentario 12 comentarios
Montse Ferrer Sans
#1 montse dice:

Yo no tengo fobias (al menos, no conocidas, como las alergias), pero dirijo un muy pequeño hotel y no siempre vemos parejas románticas o grupos de amigos con ganas de disfrutar de un pequeño lugar. También nos usan para consolar momentos duros (enfermedades apunto de muy mal parar, desgracias familiares...).
Tengo curiosidad, cómo terminó?

Escrito el 8 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
carlos Hernandez
#2 carlos dice:

Si, por favor, como terminó, me has dejado con la camisa que no me llega al cuerpo. Narras muy bien, pero haz el favor de contarnos que paso con esta pobre mujer.

Escrito el 8 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
Annie Burbano

Cuando yo trabajaba en un hotel en Madrid, llego una señora en parecidas condiciones y se estuvo un par de días, cuando salio de su habitación me dijo "bueno Juan Carlos no me ha encontrado, sabe usted, a mí el rey me persigue y tengo que esconderme de él".

Escrito el 8 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
Amalia Vázquez Mora
#4 amavazquez dice:

Yo también me he quedado intrigada por cómo acaba la historia, la verdad...

Escrito el 8 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
Marina Boggio
#5 Marinyn dice:

Cuando llegué al trabajo la noche siguiente la señora no estaba. No la volví a ver, por lo que creo que tuvo algún problema puntual ese día. Mis compañeros me dijeron que creían que la mujer estaba un poco loca, pero yo creo que no. Creo que tuvo un mal día, de esos que caen cada tanto, y además la claustrofobia es uno de los problemas más molestos que existen.
Me habría gustado que me contara lo que le pasaba, y en cierta forma le di la libertad de hacerlo al invitarla a que se quedara conmigo en el hall, pero no lo hizo. Puede que tuviera vergüenza, o demasiado cansancio, o puede que necesitara guardar esas cosas para ella. Dormir también es pasar página.
Lo extraño de la situación no fue la claustrofobia en sí, porque hay mucha gente con fobias por el mundo, fue la suma de detalles que parecían fuera de lugar: una señora de su casa sola por ahí en medio de la noche, su sensación de tristeza inconsolable, su silencio, el hecho de que no llevaba el menor equipaje más que lo puesto. Parecía esos personajes de las películas que se despiertan de un sueño 200 años después y no encajan ni entienden nada de lo que los rodea.
Desgraciadamente no sé cómo acabó la historia, aunque imagino que no acabó sino continuó. Incluso puede que esa noche haya sido el comienzo de otra historia para ella. Puedo seguir hasta el final las historias que caben en las 8 horas de mi turno, o las que se explicitan o trascienden a los demás turnos, pero este no fue el caso.
Después me puse a pensar que a pesar de todo lo que nos dedicamos a decorar y hacer nuestro hotel más bonito y acogedor, hay clientes que desearían paredes transparentes, habitaciones interminables, o ni siquiera tener que dormir en un hotel jamás, y para ellos hay que buscar nuevas ofertas.
Gracias a todos por los comentarios! Besitos!

Escrito el 9 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
Montse Ferrer Sans
#6 montse dice:

Marynin es delicioso lo último, tu último párrafo.
" hay clientes que desearían paredes transparentes, habitaciones interminables, o ni siquiera tener que dormir en un hotel jamás, y para ellos hay que buscar nuevas ofertas "
Me has dejado sin más.
Que gusto que en esta Comunidad pasen este tipo de personas

Escrito el 9 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
carlos Hernandez
#7 carlos dice:

Estoy con Montse. Me ha encantado la forma de rematar esta anécdota. Y no dejes de escribir, de verdad que es increible la capacidad que tienes para trasmitir. No es broma.
Hace tiempo que vengo pensando que dadas las buenas anécdotas que se están colgando en este grupo, y donde ya llevamos algunas docenas, es posible que dentro de poco hagamos una selección de las más comentadas, votadas y valoradas para hacer un primer e-book. Creo que si lo hacemos bien, y viendo la cantidad de cosas divertidas y peculiares que aprecen por aquí, a medio plazo pueden suponer una sucesión de libros digitales muy interesantes para ver la otra cara, -la que menos documentación tiene-, del sector turístico en el que nos movemos. Ya os iré informando.
Y gracias por el relato.

Escrito el 9 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
Miguel Canals
#8 mcm dice:

Bonita historia y muy bien redactada. Enhorabuena pues me me has dado que pensar. Gracias.

Escrito el 9 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
Marina Boggio
#9 Marinyn dice:

Gracias a todos por el aliento. Apenas tenga un ratito subiré más anecdotas. Carlos, me parece muy buena la idea del e-book. Me apunto para lo que haga falta. Besos!

Escrito el 10 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
Arantxa Ros
#10 Arantxa dice:

Marinyn
relato a tener muy encuenta.Si las paredes de las habitaciones de hotel hablaran, qué de cosas nos contarían!
Estoy de acuerdo con Montse, los hoteles, sirven muchas veces de válvula de escape para situaciones que nada tienen que ver con placenteras vacaciones, que fantástico sería poder ofrecer habitaciones especiales, para situaciones especiales.

Escrito el 16 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
Montse Ferrer Sans
#11 montse dice:

Pues esto que comentas Aran, sabes que es muy interesante? A mí siempre me sorprende que todas las ofertas hoteleras se concentren en situaciones sonrientes y super-lúdicas

Escrito el 16 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años
PAZ RISUEÑO VILLANUEVA
#12 PAZ dice:

Marynin, me ha encantado tu historia y, especialmente, su sensibilidad para compartirla.Gracias.

Escrito el 26 de Noviembre de 2009, hace más de 3 años