blogTur

Viví una gran experiencia en 1992, cuando Barcelona organizó los Juegos Olímpicos. Entonces trabajaba en el Diari de Barcelona y recuerdo aquellas dos semanas con mucha intensidad y emoción.

Por este motivo no me ha gustado la propuesta presentada por el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, para que la Ciudad Condal organice los JJOO de Invierno de 2022.

Barcelona tuvo su oportunidad y la supo aprovechar muy bien. Gracias a los Juegos, la ciudad se transformó. Y todo sea dicho de paso, todo ello fue posible gracias a una inversión millonaria del Estado.

Pero ahora la propuesta de Hereu choca con las aspiraciones de Aragón, que desde hace años lucha para organizar unos Juegos Olímpicos de Invierno.

A mi me gustaría que los aragoneses del año 2022 pudieran vivir las mismas emociones que yo viví en 1992, y que el Estado sepa repartir la riqueza por todo el territorio.

Les recomiendo la lectura del artículo de Antoni Puigverd hoy en La Vanguardia: "Para Aragón, poner en valor el Pirineo es estratégico, mientras que para Barcelona es una nueva manera de mantener vivo el interés del turismo mundial"