Un tripulante de cabina de la aerolÃnea estadounidense JetBlue ha sido arrestado por un curioso incidente ocurrido en el aeropuerto JFK de Nueva York, según informa la BBC.
Cuando el avión ya habÃa aterrizado y se disponÃa a estacionar frente al finger, la tripulación recordó a los pasajeros que debÃan permanecer en sus asientos hasta que el avión se hubiera detenido completamente.
Pero uno se impacientó, se levantó para coger su bolsa del armario superior y cuando el tripulante de cabina Steven Slater se dirigió a él para recriminarle su actitud, la bolsa cayó encima del señor Slater.
Slater exigió una disculpa al pasajero y este le respondió maldiciéndole.
El tripulante, muy airado, fue hacia una de las puertas de salida de emergencia y activó entonces la rampa inflable, por la que salió del avión, para sorpresa de todo el mundo. El hombre fue luego hasta su coche y volvió a casa. DebÃa estar muy cabreado.
El juez le impuso una fianza de 2.500 euros. Por Facebook ya hay una página en apoyo del tripulante de cabina.
La activación de la rampa de emergencia estaba del todo injustificada. No podemos justificar su actitud. Puede parecer una chiquillada, pero se hubiera podido desatar el pánico a bordo del avión.
En cualquier caso, no perdamos de vista que los tripulantes de cabina están sometidos a una enorme presión. Ahà está por ejemplo el conflicto en British Airways o el hecho de que las aerolÃneas han convertido a las azafatas en vendedoras.
Tomo una media de 50 vuelos al año, y me sigue sorprendiendo que sistemáticamente hay pasajeros que incumplen las instrucciones de la tripulación. SIEMPRE, sin excepción, hay algún imbécil que enciende el móvil antes del momento indicado para ello, los pasajeros se levantan antes de que hayan apagado la luz de cinturones, e incluso una vez coincidà con un enfermo mental que habÃa fumado en el baño y encima se enfrentó a la tripulación cuando fue recriminado porque "le daban miedo los aviones". Pues no vueles, estúpido, pero no pongas en riesgo a los demás.
No defiendo al tripulante porque no debo, pero vamos, le entiendo perfectamente, y creo que es de agradecer que supiera reprimir su instinto de matar al pasajero allà mismo (porque habrÃa puesto todo perdido, no por otra cosa). Y si le hubiera pegado dos "yoyas" (uso adrede esta expresión porque es la más cutre que puedo recordar) tampoco le defenderÃa pero también le habrÃa entendido, yo me quedo con ganas más de una vez porque cada vez hay más gente MALEDUCADA en el avión, en la playa, en un restaurante, en todas partes. Tengo un amigo que dice el mundo se está "cutrizando" a toda velocidad, y no puedo estar más de acuerdo con él.
En fin, muchas gracias por la oportunidad de comentar (ahora me siento más relajado) y un saludo muy cordial,
Jaime
Creo que la actitud del Sr. Steven Slater inicialmente fué la adecuada, no asà su posterior salida de tono, con el pasajero maleducado, a quien en lugar de exigir una disculpa, deberÃa haber denunciado, y solicitado el apoyo y respaldo del Comandante del avión, máxima autoridad a bordo, para poner a ese viajero a disposición de las autoridades de tierra.
El gran problema, es que con toda seguridad, ni habrÃa tenido el respaldo del Comandante de la aeronave, ni seguramente de la empresa, ya que es más normal que quienes tienen que tomar medidas coercitivas frente a un cliente, "se bajen los pantalones" e intenten hacer que igualmente se los bajen sus subordinados; lo que me parece una verdadera vergüenza.
Asà no es extraño, que algunos clientes terminen considerándose los "reyes del mambo", pero creo que el único camino de éxito, es el máximo respeto al cliente, y exigencia al mismo del mismo nivel de respeto.
Ya se que mas de uno, criticará esta postura, alegando como siempre que el cliente "ES EL REY", cuando yo pienso que el cliente es uno mas de los elementos en juego en la relación comercial, y que mi éxito depende de que el mismo se sienta satisfecho con mis servicios, y eso no lo conseguiré si le trato cual niño caprichoso y consentido, al que hay que consentirle todos sus caprichos, porque a mi juicio eso NO ES RESPETARLE, con esa filosofÃa he dirigido muchos hoteles y todos con un gran éxito, exigiendo a todos los clientes el mismo respeto que les he dado.