A veces ni se puede hablar de convivencia: pensemos en los adolescentes europeos que van a empborracharse a Lloret de Mar, un pueblo de la Costa Brava catalana que ofrece barra libre un precio muy bajo, con las consecuencias que todo el mundo cabrÃa esperar. En este caso, ¿es el lugar algo más que un escenario (y de clima) para que el visitante pueda disfrutar de la compañÃa de otros turistas? Esto también sucede en Calviá en Mallorca o Varadero Cuba: el turismo-burbuja. Lo que sà suele existir son las consecuencias negativos del turismo: ruÃdos, vómitos y alboroto; todo  se permite por el beneficio  que este tipo de turismo reporta a algunos.
Sin embargo, muchas veces los turistas comparten espacios con los locales. Cuando esto se hace de forma masiva, como cuando un crucero atraca en una ciudad, podemos ver rebaños de turistas-ovejas guiados por un guÃa que lleva una señal en alto para que puedan seguirle. Ahà tampoco hay mucha convivencia, y la que hay se circunscribe al intercambio comercial o regateo con los comerciantes locales.
Desde luego no es mi paradigma de viajero un batallón de cruceristas desembarcando en un pequeño destino turÃstico. Es el consumismo aplicado a los viajes.
Sin embargo antes me quedo con ese tipo de turista que aquellos que van a los destinos a la "caza de carne fresca" a saciar sus instintos de burgués degenerado en niñas y niños tratados como pura mercancÃa.
Lo dicho, del mal, el menos...
Interesante tu post, si bien las motivaciones de cada turista son tan diversas como los productos.
Respecto al coachsurfing" asà se pretendió en sus comienzos el Turismo Rural y asà lo definÃamos y distinguÃamos de otro producto turÃstico más convencional quienes entonces, dos décadas atrás,nos dedicábamos a su promoción: debÃa suponer una integración siquiera mÃnima del viajero en la vida local.
Todo ha ido derivando y lo mismo que hoy hay Turismo Rural "de plástico"- esto es, poco o nada auténtico y concebido no como una alternativa y/ o complemento de rentas rurales( y no sólo económicas)sino como una respuesta a las demandas urbanas-los otros productos turÃsticos: solidario, sol y playa, de eventos y hasta cultural, se centran en otros objetivos que poco tienen que ver con el original y, claro, ¿qué pinta aquà la población local?
Mero objeto decorativo.O peor, como tú apuntas : moneda de cambio.