El Banco Mundial acaba de publicar su informe “Doing Business 2011â€, en el que, como en años anteriores, clasifica a los paÃses (183) en función de una serie de indicadores con los que pretende medir la facilidad para hacer negocios en cada uno de ellos. Se refieren a procedimientos, tiempos, costes para el inicio de nuevos negocios, para el funcionamiento (operaciones) de las empresas, relativos a los derechos de propiedad, a la resolución de disputas comerciales, a los procesos de suspensión de pagos y cierre de empresas, etc. En suma, a todo un conjunto de factores que importan, y mucho, a los potenciales inversores, que, cada vez en mayor medida, tienen como horizonte de referencia el mundo (asà es la globalización); y que afectan sobre manera a nuestra competitividad internacional.
El ranking no nos deja bien parados: ocupamos el puesto 49, por detrás de casi todos los paÃses de nuestro entorno más próximo. Hasta el resto de los denominados PIGS, salvo Grecia, están por encima de España: Portugal en el puesto 31 e Irlanda en el 9. Para qué hablar de las economÃas más desarrolladas de la Unión Europea, salvo que nos consuele la aún peor situación de Italia.
El nº 49 es el puesto en el ranking global, pero veamos sus diversos apartados:
-Inicio de un negocio: 147.
-Permisos de construcción: 49.
-Registro de la propiedad: 54.
-Obtención de crédito: 46.
-Protección de los inversores: 93.
-Pago de impuestos: 71
-Comercio exterior: 54.
-Cumplimiento de los contratos: 52.
-Cierre de una empresa: 19.
Como puede observarse, excepto en lo que se refiere al cierre de empresas (vaya paradoja…), en lo demás la situación es muy mala; y patética en lo que se refiere a procedimientos, tiempos, costes, etc. para la apertura de un negocio. ¿Cómo es posible una situación asà en los tiempos que corren, de crisis tan aguda? Cierto es que algunas reformas han sido acometidas, pero está claro que nos movemos más lentamente que los demás, que nuestros competidores. Probablemente el pesado entramado burocrático/administrativo/polÃtico que hemos creado en España tenga algo que ver, ¿verdad?
Con todo, lo peor no es esta última “fotoâ€, sino la secuencia de “fotosâ€, porque hemos ido empeorando. O sea, que no nos lo hemos tomado suficientemente en serio, como sà han hecho otros paÃses, y eso se traduce en paro, más y más desempleados: hemos ido perdiendo competitividad internacional. En concreto, sin perjuicio de los ajustes metodológicos que ha experimentado el informe, hemos caÃdo desde el puesto 29 que ocupábamos en el de 2007 hasta el 49 actual: una caÃda muy rápida. Sin embargo, Portugal ha pasado, en este mismo periodo de tiempo, del 40 al 31, e Irlanda del 10 al 9. El “consuelo†de Grecia e Italia no es suficiente.
Estos datos permiten explicar los resultados del reciente “Informe de Perspectivas Mundiales†del Fondo Monetario Internacional. En concreto:
-En 2000 éramos la undécima economÃa del mundo por Producto Interior Bruto (PIB); en 2010 somos la duodécima.
-Por nivel de riqueza, (PIB por habitante), hemos pasado del lugar 26 al 27.
-Ocupamos el puesto 144 por volumen de crecimiento de la economÃa durante esta década (sólo un 22'43%).
Todo ello está afectando sobre manera a los jóvenes. Los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) son, también, demoledores. El % de jóvenes entre 15 y 19 años que no trabajan ni están en el sistema educativo (10’9, con datos de 2007) es el más alto de todo el conjunto de paÃses, sólo por detrás de la muy destacada TurquÃa. Si tomamos otra vez los PIGS a efectos comparativos, Portugal está en el 8’6, Grecia en el 8'5 e Irlanda en el 5’1; la media de la OCDE es del 7’2. ¿Qué será de esta generación NINI, que ni estudia ni trabaja? ¿Será recuperable para añadir valor a la sociedad?
Que hemos retrocedido en estos últimos años es una evidencia; que no hemos hecho lo suficiente para corregir este deterioro, también. Mirando al futuro: ¿nos vamos a “poner las pilasâ€, de verdad, para invertir esta tendencia? La situación no permite más dilaciones: hay mucho en juego. ¿Estamos aprendiendo la lección? Particularmente, no lo tengo claro. Y no me refiero sólo a los polÃticos, que viven en su particular burbuja mediática, sino a todos en general, para asumir que hemos de cambiar, sobre todo de actitud.
Que aún sigamos siendo un “infierno†para abrir negocios y un “paraÃso†para cerrarlos es inaceptable, sonrojante. Y esto también lastra a las empresas turÃsticas, al desarrollo del turismo. ConfÃo en que los NINIs también sean recuperables para el turismo, que esta industria (pocas más, potentes, nos van a quedar) les pueda dar una oportunidad.