Record de subvenciones para la aerolínea low quality
Las Comunidades autónomas y las ciudades pagan a determinadas aerolíneas para que vuelen a sus paupérrimos aeropuertos, llevando turistas del norte de Europa a nuestras meridionales costas y a algunos ibéricos a pasar un fin de semana en las septentrionales ciudades europeas.
La campeona de esa política desaconsejada pero tolerada por Bruselas es la irlandesa Ryanair, ubicada en el tigre celta ahora trasnformado en gatito acatarrado, donde las empresas pagan los impuestos más bajos de la Unión Europea.
Se calcula que la aerolínea del histriónico Michael O'Leary se ha llevado este año más de 600 millones de euros a su paraíso fiscal light en Dublín.
Se calcula, porque hay instituciones españolas que ocultan parte de sus vergonzantes subvenciones en esta época de vacas flacas para la mayoría.
“Ryanair sólo vuela a aeropuertos secundarios si hay dinero de por medio. En los grandes, como Madrid, no puede poner en práctica esta estrategia porque las autoridades no dan subvenciones al haber mucha oferta”, comenta una fuente del sector. Y planea suspender los vuelos a Santiago si la Xunta no le suelta el mismo dinero que el año pasado.
Así que puede regalar los billetes. Los ciudadanos pagan igual. Aunque no vuelen...