Si se tuvieran que plantear dos caracterÃsticas deseables de la competitividad, éstas serÃan ágil medición y cuantificación sencilla y práctica. Y son precisamente las dificultades concernientes a su valoración las generadoras del extenso debate que envuelve el término COMPETITIVIDAD.
La competitividad es, según la RAE, la capacidad de competir. Entendida como una rivalidad para la consecución de un fin. Sin embargo, la competitividad empresarial alcanza unos horizontes más ambiciosos, y se define como la capacidad de una empresa para mantener el valor añadido que la diferencie del resto de entes económicos de su entorno.
Enfatizando de este modo el tradicional concepto de océanos azules de W. Chan Kim y Renee Mauborgne, utilizado en marketing y referente a la ventaja que supone para una empresa reposicionarse en un nuevo mercado, en lugar de tratar de rivalizar sangrientamente con la competencia.
La dificultad que concierne su medición se debe a la falta de unanimidad al acordar la incidencia y definición de los indicadores para cuantificarla.
En la competitividad intervienen factores de Ãndole interna y externa. A pesar de que se tiende a otorgar mayor importancia a los aspectos externos, son los internos los que recogen una relevancia superior. Éstos últimos ofrecen resultados sobre las ventajas competitivas y defectos de la propia empresa, asà como comparaciones en el tiempo respecto a resultados de la propia entidad.
La clave de una empresa competitiva es un equipo comprometido y una unidad directiva competente, dinámica, responsable, dispuesta a aceptar cambios y abierta a la implantación de nuevos procesos y tecnologÃas. Se requiere capacidad de liderazgo, inspirar confianza y trabajar como elementos integradores de todo el equipo. Los directivos de empresas turÃsticas deberÃan tener conocimientos básicos sobre psicologÃa, informática, economÃa, idiomas y derecho. Pero no se buscan super-hombres ni super-mujeres, sólo profesionales con ilusión, fe y ganas de mejorar y recuperar la situación que ostentaba el turismo español antes de la crisis con un objetivo claro, superarla. Se requiere poner pasión y buena actitud en el trabajo, y abandonar la opción sencilla y derrotista. En el sector turÃstico el factor humano tiene una gran importancia para mejorar el resultado en competitividad. Se requieren profesionales dispuestos a resolver conflictos con una sonrisa permanente y con la amabilidad y educación como estandartes.
Excelente y me quedo con esta parte ;-) me ha encantado.
La clave de una empresa competitiva es un equipo comprometido y una unidad directiva competente, dinámica, responsable, dispuesta a aceptar cambios y abierta a la implantación de nuevos procesos y tecnologÃas. Se requiere capacidad de liderazgo, inspirar confianza y trabajar como elementos integradores de todo el equipo. Los directivos de empresas turÃsticas deberÃan tener conocimientos básicos sobre psicologÃa, informática, economÃa, idiomas y derecho.
Un 10 ;-) saludos y suerte
Muchas gracias por tu comentario Jimmy. Me alegro que te haya gustado, ya se que a veces puede parecer utópico y que es un fruto de la ilusión de quien empieza pero realmente considero que serÃa más que aconsejable llevarlo a la práctica. Gracias de nuevo, un saludo!
Buen Post
Si yo estoy con Jimmy me ha encantado esa ultima parte. Y es la pura verdad esa es la clave para la competitividad.
Un saludo
Muchas gracias por tu comentario Luis. Un saludo.
Me gusta tu post Virginia. Recién ahora lo he leÃdo (me lo habÃa guardado en la carpeta << pendientes por leer >> el dÃa que lo publicaste...). Y me identifico mucho con buena parte de las cuestiones que expones. Sobre todo con las palabras ACTITUD y buena disposición al CAMBIO; que suelen ser constantes en mis propias redacciones, asà como en mis convicciones profesionales a la hora de afrontar cualquier trabajo o proyecto.
Saludos cordiales,
DSA
Como jimmypons me quedo con “La clave de una empresa competitiva es un equipo comprometido y una unidad directiva competente, dinámica, responsable, dispuesta a aceptar cambios y abierta a la implantación de nuevos procesos y tecnologÃas. Se requiere capacidad de liderazgo, inspirar confianza y trabajar como elementos integradores de todo el equipo. Los directivos de empresas turÃsticas deberÃan tener conocimientos básicos sobre psicologÃa, informática, economÃa, idiomas y derecho.†.
Aunque yo sustituirÃa “deberÃan†por TENDRIAN, dando menos importancia a los idiomas, no porque no sean interesantes o necesarios, si no porque si les falta capacidad de organización y control, y añadirÃa además, y de darse cuenta de que la competitividad es imposible, con salarios netos que para gran número de trabajadores del turismo no llegan a los mil euros al mes, en la mayor parte de casos, no porque no se pueden pagar, si no porque la falta de capacidad de organización y adecuado control, unido a una comercialización a precios bajos y costes de intermediación altos, encarecen el factor trabajo por encima de lo que una buena gestión podrÃa requerir, por lo que esos idiomas solo le servirán para pedir disculpas a los clientes en su propia lengua.
Muchas gracias por tu comentario Daniel, me alegro que te haya gustado, efectivamente creo que la buena disposición es indispensable para desarrollar un buen trabajo, más todavÃa cuando es de cara al público.
Muchas gracias por tus aportaciones Miguel Angel, tal y como explicas los idiomas son importantes pero también lo son las condiciones laborales del sector. Considero que éste es un sector muy vocacional y sacrificado, y si bien deberÃan mejorar las condiciones laborales, también se deberÃa prestar atención a la actitud con la que se intenta que el equipo esté motivado con su trabajo. Aunque el aspecto salarial es muy importante quizá se deberÃan valorar otras variables como la integración en el grupo, la satisfacción con el liderazgo ejercido, el grado de compromiso con la empresa y otros factores que propician una buena actitud hacia el trabajo y generan competitividad.
Totalmente de acuerdo Virginia, nunca será solución pagar mas a los trabajadores, si no se hace por medio de una correcta y transparente polÃtica de incentivos, que sustituya el tradicional paternalismo de algunas empresas o la imposición de condiciones laborales que impiden conciliar la vida profesional y laboral en otras, como consecuencia de la falta de empatÃa de la dirección y jefes de departamento con los empleados a sus órdenes, lo que impide el trabajo en equipo, al no integrarse los trabajadores en el mismo, al no estar satisfechos con el liderazgo, en gran número de ocasiones, reduciendo la productividad de esos empleados y la competitividad de la empresa.