Estos días la clase política anda inmersa preparando los programas para las campañas a dos niveles, autonómicos y municipales, muchas son las tentaciones a sabiendas que muchos dan palos de ciego, y deciden consultar a personajes que ellos llaman expertos acerca de que se debería hacer.
Sin ser experto, he de reconocer que alguna formación municipal, me ha consultado acerca de cómo se deberían enfocar aspectos, como desestacionalización, promoción, comercialización mejoras en la calidad y rentabilidad.
Es evidente que los que me conocen, saben a ciencia cierta que diré lo que realmente pienso, independientemente que favorezca o perjudique al sector (en este caso creo que no me ganare demasiadas simpatías, si es que aun gozaba de alguna).
Una observación previa, parten de la base que Turismo es de su absoluta responsabilidad.
Ante estas demandas, se imponía un mínimo análisis, para poder al menos responder desde la honestidad, independientemente que al final decidan aplicar “sus” políticas.
El sector público en lo relativo al turismo viene aplicando desde los años cincuenta un modelo que aun hoy sigue vigente, lleva el peso de la promoción de la industria, con cargo a los presupuestos del estado.
Los distintos lobbies sectoriales, siempre han empujado en esta dirección, sea por comodidad, falta de imaginación o abuso, además del ahorro que comporta saber que los costes de promoción serán bajos o nulos para algunas empresas.
La mayoría de demandas de los candidatos se centraban en hacia donde deberían canalizar la promoción, (siguen pensando que el modelo es válido e inamovible), mercados, ferias, eventos, presentaciones, folletos, catálogos, redes sociales, y póngame dos onzas de 2.0.
Desde este instante, mi discurso varía radicalmente y planteo una pregunta muy concreta
¿Para quienes trabajan las instituciones “responsables” de turismo, (autonómicos, municipales y provinciales)?, hare la pregunta más directa, ¿quien es el cliente?
Las respuestas unánimes son evidentes: para las empresas del sector, para el municipio, para la comunidad.
Creen que es una respuesta acertada, hasta que mi afirmación rotunda produce cambios en sus miradas.
El cliente es el turista, nadie más.
En mi conclusión afirmo contundentemente que no deberíamos seguir con este modelo, extremadamente caro para las administraciones y de muy dudoso retorno.
La propuesta es que estas (agencias de turismo autonómicas, y las oficinas municipales) deberían abandonar el aspecto lúdico del plan de marketing y orientar sus esfuerzos en posicionarse del lado del cliente/usuario, convirtiéndose en la figura del defensor del cliente, solo así se ganaría en credibilidad, atendiéndoles en los destinos, verificando el producto o servicio (ellos regulan la actividad, pero jamás la verifican aunque gasten sumas ingentes en promocionarlo), deberían poder garantizar a los clientes que sus destinos reúnen la calidad esperada tanto pública como privada (hoy no están en condiciones de hacerlo).
La promoción del País, (el todo bajo el sol) creo que sí debería seguir bajo la tutela de la institución o entidad que dependa del gobierno de la nación, pero ni un euro más de lo necesario.
La promoción de producto /servicio ha de ser exclusivamente soportada por la industria.
Con este cambio en la estrategia, se gana en eficacia y eficiencia de los recursos públicos, (yo la antipatía del personal).
Evidentemente esto solo es un breve esbozo para abrir la reflexión y que los verdaderos expertos profundicen en el planteamiento.
No deberíamos seguir admitiendo afirmaciones tales como “que la sociedad está cambiando a ritmos vertiginosos”, mientras sigamos aplicando modelos obsoletos.
Una reflexión para complementar lo anterior:
Imaginemos por un momento que este análisis, se efectúa por un país competidor, en un simple análisis de posicionamiento de un plan de marketing, en minutos dejaríamos de ser competitivos, esto antes ya había ocurrido, ante la presión empresarial se resolvía devaluando la divisa.
Hoy ante esta imposibilidad en un entorno Euro los precios siguen en caída libre, (algunos factores causantes se encuentran en el nulo control de la distribución, y cuando se consigue los costes son excesivos) con explicaciones muy faltas de rigor y ante la incapacidad, se cae hacia el desprecio hacia nuestros competidores.
El planteamiento esta en vuestros monitores, trabajémoslo y veamos si al final las conclusiones son similares, parecidas o unánimes.
Un saludo muy cordial desde la Costa Brava
Buena reflexión...
Gracias Joan por compartir tus ideas con nosotros
Con cerca de sesenta millones de turistas, visitando nuestro país, ¿qué es más necesario, la promoción o que esos mas de cincuenta milones aún en época de crisis, se vayan contentos y sean promotores de nuestro país, en sus lugares de origen? Joan, solo un empresariado corto de miras, puede deefender el modelo existente, y solo unos tuertos (asociaciones empresariales) dirgiendo a ciegos (los empresarios pertenecientes a las mismas) pueden sentir ANTIPATÍA por lo que expresas en este post, creo que debieran agradecerte que trates de operarles de las cataratas que no les dejan ver la realidad del mundo en el que viven, nio el precipicio hacia el que se dirigen.
Muy buen post Joan y comentario muy acertado de Campo sobre las asociaciones empresariales. Y la verdad que esta muy bien expuesto lo comentado y poco que añadir que como comenta Campo a ver si se operan de cataratas muchos y podemos remar todos juntos en la misma dirección.
Buenísimo Joan, en un mundo ideal el Estado deberia garantizar sólo aquellos servicios que la empresa privada no quiera o pueda realizar (seguridad, sanidad, justicia, educación), pero el resto deberia ser el sector o los sectores.
Si eliminasemos todas la subvenciones y todas las estructuras que no son NECESARIAS, cuanto más ágil y económico seria el pais.
Pagariamos menos impuestos, seriamos más competitivos y aprenderiamos a trabajar juntos.
A lo mejor la promoción deberian hacerla consorcios PRIVADO-publicos, siendo lo público el que menos apostase.
Pero con tantos impuestos y tanto gastos, como para no pedirles a los políticos/estado que hagan algo.
Pero estamos preparados como sociedad a afrontar este nuevo estilo???
¿Están dispuestos los estados tanto nacionales, como regionales y municipales, a perder peso, y no tener la sartén por el mango???
Si me pongo a pensar en el futuro, veo que las instituciones quiebran, que los funcionarios no cobran y todo es pagando (sanidad, etc,..) y una cosa debemos tener claro, para disfrutar de derechos se debe ser BUEN GESTOR, y nuestros políticos no llegan ni a buenos oradores :(
Al fin y al cabo dirigir un pais es igual que dirigir una empresa y una casa, "las gallinas que entran por las que salen y si salen más de las que entran, poca sopa hacemos"