Lo he mencionado ya en más de un artÃculo que he escrito en esta comunidad online de Hosteltur, esto es, el factor formación alrededor de nuestro sector hotelero y turÃstico actual. Y por supuesto seguirá siendo una constante en mis contribuciones! (sobre todo mientras las necesidades continúen siendo tan grandes como las presentes en España). Factor formación y preparación de nuestras plantillas y equipos de trabajo; algo que tan poca tinta a veces suscita en comparación con otros temas. Pero de lo cual estoy convencido depende buena parte del futuro de nuestra industria! Por tanto, en este post voy a referirme, una vez más, a la fundamental importancia que un buen desarrollo integral (profesional y humano), tiene para los trabajadores de la hospitalidad y los servicios a todos los niveles.
Porque estamos todavÃa en nuestra industria alojativa y turÃstica en general –y espero que por mucho tiempo-, hablando de una actividad que se desarrolla por personas y para personas (los robots a este nivel todavÃa no existen como tales). Y aunque los avances técnicos nos aporten diariamente muchas ventajas, no anulan ni cancelan la necesidad de una adecuada formación de los seres humanos que se sitúan detrás de esos procesos tecnológicos. Bien sea a la hora de manejar uno de los modernos sistemas de comercialización online o revenue management hotelero; o por supuesto a la hora de servir un plato en un restaurante o atender a un huésped en la recepción del establecimiento. Por muchas ayudas tecnológicas que tengamos, los profesionales bien formados son y seguirán siendo a medio plazo un elemento imprescindible para la buena marcha de nuestro negocio!
Y al respecto de todo este tema no hace muchos dÃas que leÃa un interesante artÃculo de Jim Hartigan (consultor asociado de una prestigiosa empresa de formación y comunicación dentro del sector hotelero internacional, y directivo senior de la compañÃa Hilton Worldwide por espacio de casi veinte años). ArtÃculo en el cual el mencionado especialista abordaba una cuestión meritoria de reflexión. Cuestión la cual además me inspiró el tÃtulo del presente post: las diferencias entre enseñar contenidos a personas en edad infantil o adolescente, o enseñar en una edad ya adulta! Como es el caso, el segundo de los aquà mencionados, de la formación especÃfica que a menudo brindamos a nuestros profesionales ya insertados en el mundo laboral de nuestro sector. Pero formación que sabemos no siempre satisface los resultados esperados.
¿Qué estaremos haciendo mal? ¿Dónde tenemos recorrido de mejora?
Sin duda es este ahora un campo muy amplio y con muchas aristas. De las cuales yo voy a abordar únicamente la ya introducida, o sea: el hecho de reconocer y tener en cuenta en nuestras acciones formativas las diferencias entre cómo aprenden los niños, y cómo enfocan ese potencial aprendizaje los seres humanos ya adultos!
Empezando por el común error de muchos formadores de adultos, que surge ya a la hora de diseñar sus cursos. Pues lo hacen en ocasiones sin adoptar para los mismos técnicas propias de la AndragogÃa (y limitándose a una PedagogÃa muchas veces hasta primitiva… donde la educación se reduce a que el individuo satisfaga ciertas necesidades de grupo o sector, para poder ¨imitar¨ y luego integrarse y ser aceptado en un determinado colectivo).
Punto. Ahà quedó casi todo. Te ¨tragaste¨ ese material, pongamos de ejemplo el tan actual revenue management. Material que muchos profesores definen como correcto únicamente porque lo necesitas para que te acepten como ¨experto en la materia¨... Y claro, si ahà muere la experiencia formativa, los resultados limitados de tal proceso llegan tarde o temprano en forma de insatisfacciones para tu empresa.
¿AndragogÃa por tanto como parte de la solución? Veamos por qué.
AndragogÃa. Palabra que deriva del griego al conjugarse el término ¨hombre¨ con lo que serÃa un proceso de ¨guÃa o conducción¨ para este. Y que constituye por ende la ciencia de la educación permanente orientada a la participación, al pensamiento, a la autogestión y a la creatividad del participante adulto. Algo que a algunos les sonará familiar con conceptos que en épocas recientes se vienen vinculando con acciones de coaching o similar. Pero que ya en fechas tan lejanas para nuestro mundo empresarial moderno, como puede ser el año 1833, el maestro Alemán Alexander Kapp utilizaba al referirse a la escuela de Platón.
Por tanto cuando muchos peinamos ya algunas canas, no estamos hablando solamente de un proceso formativo pedagógico y más tÃpico de edades pequeñas. Sino que estamos hablando de cubrir unas motivaciones especÃficas que el ser humano adulto presenta para sà mismo y para su entorno personal y de desarrollo profesional. Necesidades y caracterÃsticas que en este caso quiero resumir en los mismos 6 puntos que Jim Hartigan menciona en su artÃculo en Inglés –puntos a su vez basados en la teorÃa de Malcolm Knowles, considerado como el padre moderno de la educación de adultos y de la AndragogÃa como el arte de ayudar a esos adultos a aprender mejor y más productivamente-.
Y estos puntos serÃan:
- Need to Know, o como pudiéramos decir en Español: la necesidad de saber el por qué! Ya que aquà nos referimos al deseo que plantea el ser humano adulto por conocer los motivos para aprender y formarse en algo.
- Foundation o referencia de base y fundamentos previos. Ya que a diferencia de los procesos de aprendizaje en edad infantil, como ser adulto la persona ya trae un cierto volumen de experiencias vividas (incluyendo sus propios errores pasados…). Experiencias las cuales condicionarán –restringiendo o ampliando-, su proceso de aprendizaje.
- Self-concept, o concepto de sà mismo. Que es cuando describimos el estado de responsabilidad adulta, el cual incluye en ocasiones la decisión propia de querer seguir estudiando y querer seguir formándose en la materia de su elección o provecho. Algo que hace que el adulto tienda a auto-evaluarse a sà mismo, a evaluar el éxito o no de su curso para su trabajo o desempeño laboral; a diferencia de la educación infantil o adolescente, que tiene al criterio del profesor como principal referencia.
- Readiness o disposición para la acción formativa en este caso. Que hablarÃa sobre la voluntad de esa persona adulta de tomar acción pro-activa e intentar mejorar la situación de su vida –laboral en este caso, mediante cursos de formación-. Algo que sobre todo vendrá estimulado cuando la persona descubre y es capaz de conectar la materia teórica aprendida con su quehacer práctico y profesional diario! Conexión que sin duda lo motivará a desarrollarse aún más en el futuro…
- Orientation o enfoque vital. Ya que a diferencia de una formación centrada únicamente en los contenidos, el adultoenfocará lo que aprende con una ¨visión de vida¨ más amplia y extensa.
- Motivation. Como ya fácilmente podemos deducir de la palabra inglesa, la capacidad de generar motivación personal jugará un rol fundamental en estas acciones formativas! Una persona adulta responde muchas veces mejor a estÃmulos que toquen inteligentemente su autoestima, su talento o su satisfacción interior, más que a condicionantes o consecuencias externas que ¨castiguen¨ la incapacidad de haber superado una prueba o el no haber sido capaces de pasar al siguiente nivel.
Materia creo que suficiente para, como mÃnimo, reflexionar. Ya que como digo muchas veces: mientras más tiempo tardemos en abordarla exitosamente (aplicada adecuadamente a las acciones formativas que se ofrecen en el sector turÃstico), más tardaremos en ver los resultados para las empresas que componen el mismo. Porque no nos engañemos: una formación integral es clave para la calidad y los resultados de nuestro desempeño profesional y empresarial. Pero tampoco es algo que suceda y que se manifieste de la noche a la mañana!! Requiere de un proceso y un tiempo determinado (a veces hasta MUCHO tiempo); en dependencia de la situación de partida de las personas a formar. Y en nuestro paÃs España y su sector turÃstico en general, no creo que nadie se atreva a afirmar que las necesidades de formación entre sus trabajadores están adecuadamente satisfechas –salvo puntuales excepciones, evidentemente, que siempre las hay en todo y para todo-.
Como nota final: mencionar que la aquà abordada AndragogÃa tuvo una gran influencia, durante la década de los años 80 y 90, en el desarrollo de entornos formativos abiertos o a distancia. Entornos como los que hoy -y gracias a las nuevas tecnologÃas-, proliferan cada vez más a través de cursos online con diversas materias que cubren nuestra industria hotelera y turÃstica moderna. Pero recordemos: no todo es el contenido del curso, hay que saber diseñarlo y enfocarlo igualmente.
Desde las islas canarias mis saludos más cordiales para tod@s l@s comuner@s aquà en Hosteltur,
DSA
Post originalmente publicado en BlogTRW
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Gracias por compartir Daniel! Tienes toda la razón, nunca dejamos de aprender y la formación, educación es vital para mantenernos al dÃa y poder hacer frente a las necesidades actuales y a las futuras!
Me alegra que te haya gustado el post, Roy. Como ya sabes, los temas que giran alrededor de la formación turÃstica y hotelera son una de mis ¨sanas fijaciones¨; (básicamente porque opino que ahà radica quizás la variable más importante de cara a que muchas cosas de nuestro sector y de nuestro tejido económico en general mejoren en el medio-largo plazo!!!!). Por tanto siempre que puedo trato de escribir y reflexionar un poco al respecto... Un abrazo amigo mÃo, y espero que todo marche bien por tu bella tierra ;-)
Muy interesante el post, además de compartir el mismo nombre, también compartimos puntos de vista, creo que las empresas turÃsticas deberÃan en general dar mas importancia a la formación continua de sus empleados. Cursos subvencionados a cargo de la empresa para su constante desarrollo. Entiendo que en la actual vorágine de nuestros dÃas, en el que el YA es imperativo, muchos empresarios solo contraten a trabajadores experimentados, de hecho si revisamos las ofertas de empleo de casi cualquier sector, me atreverÃa a decir que casi un ochenta por ciento (Como mÃnimo) requieren experiencia. Los jóvenes de hoy dÃa nos preguntamos como podemos tener esa experiencia si nunca nos dan la oportunidad. Aunque ahora que yo también selecciono personal para la compañÃa en la que trabajo, en plena temporada casi nadie arriesga en contratar a una persona sin experiencia para formarla.
Enhorabuena por el post ;)
Gracias por tus comentarios tocayo Daniel ;-)
Sin lugar a dudas el tema de la << experiencia >> es en muchas ocasiones una piedra de difÃcil digestión para algunas empresas a la hora de contratar talento para el futuro. Y por supuesto de difÃcil digestión igualmente para muchos jóvenes a la hora de dar los primeros pasos en su sector profesional! Es en parte lo que tú bien dices Daniel: en la industria EXIGEN tanto de experiencia, en tal nivel de acción y actuación; pero en cambio no hay correspondencia al mismo tiempo con las oportunidades de DAR esa experiencia inicial! Con lo cual opino que se crea un desbalance entre lo que como tejido empresarial sembramos, y entre lo que como empresas queremos (y necesitamos) recoger. Algo que va creando muchas más improvisaciones de las que el mercado desearÃa...!!!!
¿Detrás de todo ello? Pues sÃ, detrás de todo ello a menudo encontramos el tan crucial aspecto Formación... Y en este caso me refiero a la formación muchas veces de los directivos y empresarios que están marcando el ritmo en el sector; y cuyas propias carencias y falta de visión hace que la pescadilla no deje de morderse la cola.
Yo personalmente he experimentado ambos casos durante mis últimos 14 años en la industria: ser parte de empresas que prácticamente obvian y ¨ningunean¨ el factor Formación para sus propias plantillas en activo; pero también he tenido la fortuna de formar parte de equipos y colectivos profesionales donde los máximos responsables han dado alto valor a que sus activos humanos sigan creciendo en conocimientos y herramientas!!!!
Todo un lujo lo segundo.
Un cordial saludo desde Islas Canarias,
DSA