Es una frase, impactante, explicita y que no genera dudas de su significado. No es mía, aunque a veces pueda comulgar con ella, sin vacilación alguna, pero es una frase que la formuló Jean Claude Bessudo, un actor colombiano, que es presidente de Aviatur, una de las más fuertes operadoras de turismo de Colombia (sino la más importante).
Es curioso que alguien del sector, con una vida empresarial importante derivada precisamente del turismo y los turistas, afirme (en una entrevista) esta posible contradicción. La verdad, que he conocido más de una persona, porque nunca se me ha ocurrido contabilizarlas, que tiene este mismo pensamiento, incluso en organizaciones mundiales.
En esta entrevista que le hicieron recientemente, apostaba claramente por un turismo de lujo, elite, frente al turismo de masas, los charters, el low cost. Desde luego, como antes mencione, no es el único con esta opinión.
Es cierto y puedo afirmarlo, que cuando uno viaja, por destinos saturados, los clásicos sol y playa, entornos ya caducos o en retroceso y sin perjuicio contra nadie, observa y experimenta lo que ocurre a su alrededor y se cuestiona. O si viaja a lugares todavía casi inéditos, de turismo cultural o de naturaleza y ve grupos de turistas, cada vez más numerosos y frecuentes, cuyo objetivo final, es llevarse la experiencia coleccionista de haber estado allí, haber visto cierto atractivo obligado, comprar lo que nunca usaran, y completar el álbum correspondiente, …se genera sentimientos encontrados.
Todavía, recuerdo como algunos turistas “rurales”, protestaban porque en un alojamiento en plena naturaleza, había insectos, que molestaban o que en verano (promedio de 27-34ºC de máximas y 14-19ºC de mínimas), reclamaban aire acondicionado, que alguno intentaba eliminar con spray matainsectos, algún lagarto ocelado (especie autóctona de entre 15-30 cm), por temor a ser atacados, u otros que protestaban, por tener que transitar por pistas de tierra, no asfaltadas y así ensuciar o dañar sus coches, o incluso algunas familias eco-educadas, en busca de tranquilidad rural, que miraban a otro lado, cuando sus niños, jugaban a lanzar pelotas, en este caso naranjas de los arboles, como si fuesen lanzadores de baseball, hasta esquilmar la producción, o el caso de una pareja joven, bien avenida, que pasa unos días aislados en la naturaleza y les entraba la desesperación, porque había una mala conexión en la TV y podrían quedarse sin jugar con su play station. Y por tratar de finalizar los conocidos grupos de gente joven, que buscan lugares apartados de la civilización, en pleno campo para pasar un buen fin de semana, cuya realidad o motivación era tener una increíble juerga, en base a alcohol (borracheras colectivas), despedida de soltero/a y demás eco-fiestas.
Esto es lo que a muchos o algunos, les hace estar de acuerdo con esa visión, de amor/odio al turismo y a los turistas. Es fácil, después de esto, afirmar “Odio el turismo y a los turistas”
También es cierto, que hay segmentos de la demanda turística, que viajan y no buscan macdonalds, burger kings, telepizzas, sushi bars, o que no precisan tener la colección de fotografías, donde el propio turista esta siempre en primer plano, y tienen unas motivaciones y expectativas, definidas, más allá del precio.
La verdad o lo cierto, es que de los millones de turistas que hay en el mundo, no me atrevería a definir qué porcentaje pertenece a una u otra orientación, pero si estoy convencido, que actualmente hay una mayoría evidente, cuyo aporte a la conservación y gestión del patrimonio Natural, Cultural y Social es casi inexistente, generando un relativo crecimiento económico empresarial, que en muchos sitios, no conlleva una mejora de la calidad de vida, principal objetivo del turismo. (A nivel de política y más en zonas de desarrollo)
Sin duda y repitiéndome, se puede y debe enfocar el turismo hacia un modelo sostenible y competitivo, para comenzarlo a ver como algo deseado y amigable. Cosa no tan difícil ¿O sí?
Un cordial saludo
Es una frase, impactante, explicita y que no genera dudas de su significado. No es mía, aunque a veces pueda comulgar con ella, sin vacilación alguna, pero es una frase que la formuló Jean Claude Bessudo, un actor colombiano, que es presidente de Aviatur, una de las más fuertes operadoras de turismo de Colombia (sino la más importante).
Es curioso que alguien del sector, con una vida empresarial importante derivada precisamente del turismo y los turistas, afirme (en una entrevista) esta posible contradicción. La verdad, que he conocido más de una persona, porque nunca se me ha ocurrido contabilizarlas, que tiene este mismo pensamiento, incluso en organizaciones mundiales.
En esta entrevista que le hicieron recientemente, apostaba claramente por un turismo de lujo, elite, frente al turismo de masas, los charters, el low cost. Desde luego, como antes mencione, no es el único con esta opinión.
Es cierto y puedo afirmarlo, que cuando uno viaja, por destinos saturados, los clásicos sol y playa, entornos ya caducos o en retroceso y sin perjuicio contra nadie, observa y experimenta lo que ocurre a su alrededor y se cuestiona. O si viaja a lugares todavía casi inéditos, de turismo cultural o de naturaleza y ve grupos de turistas, cada vez más numerosos y frecuentes, cuyo objetivo final, es llevarse la experiencia coleccionista de haber estado allí, haber visto cierto atractivo obligado, comprar lo que nunca usaran, y completar el álbum correspondiente, …se genera sentimientos encontrados.
Todavía, recuerdo como algunos turistas “rurales”, protestaban porque en un alojamiento en plena naturaleza, había insectos, que molestaban o que en verano (promedio de 27-34ºC de máximas y 14-19ºC de mínimas), reclamaban aire acondicionado, que alguno intentaba eliminar con spray matainsectos, algún lagarto ocelado (especie autóctona de entre 15-30 cm), por temor a ser atacados, u otros que protestaban, por tener que transitar por pistas de tierra, no asfaltadas y así ensuciar o dañar sus coches, o incluso algunas familias eco-educadas, en busca de tranquilidad rural, que miraban a otro lado, cuando sus niños, jugaban a lanzar pelotas, en este caso naranjas de los arboles, como si fuesen lanzadores de baseball, hasta esquilmar la producción, o el caso de una pareja joven, bien avenida, que pasa unos días aislados en la naturaleza y les entraba la desesperación, porque había una mala conexión en la TV y podrían quedarse sin jugar con su play station. Y por tratar de finalizar los conocidos grupos de gente joven, que buscan lugares apartados de la civilización, en pleno campo para pasar un buen fin de semana, cuya realidad o motivación era tener una increíble juerga, en base a alcohol (borracheras colectivas), despedida de soltero/a y demás eco-fiestas.
Esto es lo que a muchos o algunos, les hace estar de acuerdo con esa visión, de amor/odio al turismo y a los turistas. Es fácil, después de esto, afirmar “Odio el turismo y a los turistas”
También es cierto, que hay segmentos de la demanda turística, que viajan y no buscan macdonalds, burger kings, telepizzas, sushi bars, o que no precisan tener la colección de fotografías, donde el propio turista esta siempre en primer plano, y tienen unas motivaciones y expectativas, definidas, más allá del precio.
La verdad o lo cierto, es que de los millones de turistas que hay en el mundo, no me atrevería a definir qué porcentaje pertenece a una u otra orientación, pero si estoy convencido, que actualmente hay una mayoría evidente, cuyo aporte a la conservación y gestión del patrimonio Natural, Cultural y Social es casi inexistente, generando un relativo crecimiento económico empresarial, que en muchos sitios, no conlleva una mejora de la calidad de vida, principal objetivo del turismo. (A nivel de política y más en zonas de desarrollo)
Sin duda y repitiéndome, se puede y debe enfocar el turismo hacia un modelo sostenible y competitivo, para comenzarlo a ver como algo deseado y amigable. Cosa no tan difícil ¿O sí?
Un cordial saludo
No creo que se deba llevar el debate a los extremos, porque la mayoría de los turistas pueden pertenecer a ambos grupos: la misma persona puede realizar un viaje "sostenible" y que su siguiente viaje sea de turismo de borrachera, o puede que en el mismo viaje combine las atracciones más saturadas de turistas con otros recursos más "escondidos".
Pienso que quizá se pueda incidir en la educación y trasladar al turista la responsabilidad de ser respetuoso con el entorno que visita. Por otro lado, el turista es muy libre de escoger destino. A quien no le guste el sol y playa abarrotado de turistas, que no lo compre. A mi no me gusta y no lo consumo, y desde luego no se me ocurriría ir a Benidorm para luego quejarme de que hay demasiada gente, porque todos sabemos lo que hay de antemano.
El turista irresponsable con el entorno o ignorante de la oferta escogida, mantiene la rentabilidad de los destinos . Por otro lado, los canales de distribución online y tradicionales deberían ser capaces de transmitir una información transparente y sincera sobre el destino en cuestión a tavés de la información recibida por la empresa turística. Si no se trabaja en una estrategia de diferenciación adecuada, orientada a un segmento de mercado adecuado, se corre el peligro de atraer clientes con perfiles erroneos.
Un saludo,
Marc Grabuleda
Amigo Arturo como bien dice Felipe creo que en todo esto juega un papel muy importante el nivel cultural y la educación de quien viaja. Creo que cualquier oferta turistica debe plantearse con sostenibilidad o de lo contrario uno mismo matará la gallina que le debe dar de comer y ciertamente no es muy habitual encontrar destino cuya estrategia vaya por delante de su realidad.
Pese a todo esto no es bueno radicalizar discursos sobre el tipo de cliente que ha llegado en este caso a la oferta rural. Podrías sumar muchos más tipos de cliente con perfiles similares a los que planteas, pero la llegada de esos clientes también origina la aparición de propietarios o pseudo propietarios de alojamientos rurales que entendieron que bajo el amparo global de Turismo Rural todo valía, incluido poner los muebles sobrantes de un cambio de piso, o amumentando el glamour de lo rural con suciedad en los alojamientos etc...
Creo que todo debe mirarse con cierta perspectiva y buscar una idea de oferta turística y de turistas distinta.
En unas pocas palabras mi principal objetivo con este post, es precisamente provocar, llamar la atencion, exagerando o mas radicalizando posturas, porque el comentario que hizo, uno o el empresario turistico mas importante de Colombia, dice mucho o no??
Para muchos de los que trabajamos en este sector y mas en nuestro campo, siempre tenemos que combinar la parte emocional, con la profesional y empresarial y nos lleva a ciertas contradiciones.
Me concoes y sabes que me gusta la ironia y lo he querido aprovechar un poco, para criticar lo masivo y alos qu evan de eco y progres y pasan de serlo.
Saludos
Lamento decir en estos momentos, que entiendo la frase de este Sr.
en otra parcela, " Agencias " como es mi caso,
.muchos días he sentido y pensado lo mismo ¿ por qué ?. Porque creo, que nos hemos vuelto insolentes, desagradecidos.
Tambien es verdad, que no podemos generalizar porque evidentemente lleva a error.
Cierto, es una profesión de amor/odio. y dificil de irte de ella. Yo diría que la desarrollamos con amor, pero hay personas que consigues las odies.
un abrazo,
Lo que puedo decir es que a las personas no les pueden pedir mucho si no se tiene una cultura turistica en Colombia, un lugar donde las agencias, proveedores turisticos, entre otros solo estan interesados en sacar la mejor ganancia de los lugares turisticos, en vez de crear politicas de sencibilizacion a los turistas, no se puede pedir mucho si no se les educa frente al turismo responsable y sostenible.
Es increible que viajar dentro de Colombia nos salga mas costoso que hacerlo fuera del pais, precisamente por personas como el "Sr" Bessudo, quien se esta haciendo millonario por la monopolizacion de muchos lugares altamente turisticos y que como solo le interesa ganar lo que mas pueda, lo que menos le interesa es el turismo economico, pero como puede odiar el turismo y a los turistas, es una persona que solo demustra lo avaro que es y que lamentablemente nosotros le pagamos para poder ir a lugares como Tayrona. Nosotros mismos le hemos dado alas.
Y que pena Magdalena, pero la frase de este "Sr" no debe entenderse en ningun caso, por personas como estas es que la España, Peru, Chile, entre otros, como va ser una profesion de amor y odio, para nada, es una profesion de paciencia y tolerancia, por el odio es que ha muerto muchisima gente y por entender gente como este Sr. se han perdido muchisimas oportunidades.
Apreciado Arturo, te garantizo que me ha impactado el título de este post, aunque una vez leído, he podido entender lo que en el mismo iba implícito, especialmente disconformidad con lo que se hace con el turismo y los turistas, aunque no sea esa precisamente la razón que pudo empujar al Sr. Bessudo a realizar tal afirmación, ya que es el primero que se aprovecha de ese fenómeno y las personas que lo hacen posible.
Como profesional del turismo del que he podido vivir toda mi vida, odio muchas de las cosas que se relacionan con el mismo, odio la especulación vinculada al turismo, la destrucción del medio natural en el que el turismo se desarrolla, los pseudo profesionales que viven del turismo pero no viven el turismo, odio a los empresarios y directivos que en lugar de organizar y controlar a sus empleados, les explotan con salarios miserables y horarios interminables, odio todo lo ruin y mezquino que hay detrás del turismo sexual y de borrachera, odio el todo vale para llenar habitaciones, en una industria en la que se ha perdido lo verdaderamente importante, la empatía y el sentido de hospitalidad.
NO PUEDO ODIAR al turismo ni a los turistas, porque turismo y turistas me han dado de comer durante los cincuenta y dos años que he trabajado en esa maravillosa industria, disfrutando del diario que hacer, de la que sigo enamorado y con la que sigo colaborando en la medida de mis posibilidades, tratando de que la experiencia adquirida en tantos años de dedicación al turismo y los turistas no se pierda.
El turismo y turistas que tenemos, no son más que el reflejo de los valores que les transmitimos, ¿Han de estar ellos más obligados que nosotros a cuidar el medio del que vivimos? Ese solo pensamiento me parecería un gran contrasentido.
Buenos días,
Estoy muy de acuerdo con el último párrafo incluído en el último comentario. El turismo que recibimos es el que ofrecemos y transmitimos. Si nosotros ofrecemos turismo de baja calidad, vendrán turistas de baja calidad (bajo nivel socieconómico, poca educación).
Si se quiere mejorar se tendrá que apostar por buenos y formados profesionales que planifiquen y estudien posibles estrategias que no estén manipuladas por algunos grandes empresarios y políticos.
Una de las cosas que veo más necesarias es realizar estudios de investigación encaminados a conocer al residente, a conocer su percepción del turismo y del turista. Hay una gran falta de estos estudios. Si no conocemos al residente que trabaja para el turista, si este residente no se identifica con lo que vende... estamos perdidos. La estrategia debe incluir la unión "residente-turista". Pareciera que solo nos enfocamos en el turista...
Si el residente no está contento, tampoco lo estará el turista.
Saludos.
Muchas gracias Miguel Angel, porque ya estaba convencido que lo habia escrito, tan mal, que nadie me estaba entendiendo el mensaje que queria dar y por supuesto con polemica, para llamar la atencion, de como personajes, que especulan con una actividad, luego reniegan de ella, pero tambien, criticando a aquellos otros, que llevan la bandera de eco-sostenibles, o eco-modernos y luego ofrecen comportamientos como los que mencione.
Un cordial saludo
Hola Arturo, vaya manera de picarnos :p He dejado mi opinión en el post de Miguel Ángel. Creo que los ppales responsables son el sector y la sociedad que acogen y permiten esas actitudes. Es una bajada de pantalones y para mi la clave es el peso específico del turismo en ese destino. En españa lo permitimos todo justificandolo primero por necesidad económica y luego por dependencia. El problema es que cuando el turismo es incipiente aún se puede parar, pero qué hacemos cuando se trata ya de un monstruo imparable que atrae a cientos de personas que buscan lo que les han contado?Como dice el proverbio árabe, si me engañas una vez será culpa tuya, si me engañas dos, la culpa será mía.
Hola Blanca, voy a poner a continuación el link al post al que haces referencia http://comunidad.hosteltur.com/post/2011-08-26-..., por si alguien no tiene acceso directo al mismo.
Por otra parte, y en respuesta a tu comentario, diría que en un gran número de casos, no considero que sea propiamente "una bajada de pantalones", lo realmente triste es que algunos "van con los pantalones o las bragas en las manos, para ahorrarse el trabajo de quitárselos", al ceder la explotación de sus inversiones hoteleras a una gran cadena, sin garantia alguna de rentabilidad, pagando a éstas unos "fees" escandalosos, cuando lo único que les ofrecen es un nombre en lugar de rentabilidad a la inversión realizada o a realizar.
Lamento que te de pena. pero no creo que haya un negocio donde el comprador vaya por delante con la palabra " en tal sitio u otro" antes de enseñarle el producto con sus respectivos precioas que tu tienes, que para eso ha entrado..
y esto no es un caso aislado, son bastantes casos.De ahí, que haya momentos que odies.
Y si queresis hacéis una encuesta a los agentes de viajes, ya veras que responde la mayoria.
besos