¿Por qué?

Como cada año en estas fechas llegan los anuncios de los turrones, el típico del cava, las muñecas que van al portal y, como manda la tradición, huelga aérea: unas veces controladores, otras agentes de handling, otras servicios de limpieza y este año toca pilotos. El caso es fastidiar al de siempre: el humilde viajero que se ha pasado un tiempo ahorrando para ese billete, también aquel que tiene que hacer negocios en tal ciudad, ése que tiene la ilusión de reunirse con su familia, y otras muchas historias, las cuales una vez más se ven afectadas.

Es cierto que la huelga de ayer se ha notado poco en los aeropuertos (encima vamos a tener que darles las gracias y todo), al menos eso dicen las noticias:

-ABC

-El País

-Cinco días

¿Pero en realidad piensan que porque se hayan recolocado al un alto porcentaje de pasajeros ya está todo solucionado?

¿Qué sucede con ese 2 ó 3 por ciento que no ha sido ubicado en los vuelos de otras compañías?

¿Qué pasa con los que por no haber cogido su vuelo han llegado tarde u otro día a su destino?

Y por si fuera poco se unen los de los trenes...

Cada año sufrimos más de lo mismo, y cada vez me convence más la idea de que a esta gente le vale cualquier excusa con tal de fastidiar a los demás.

Una vez más digo que entiendo que quieran reivindicar sus derechos, quizás la mejor solución que encuentran e hacer huelga, pero qué culpa tienen los que en realidad la sufren. Claro, eso nadie se para a pensarlo, carece de importancia.

Estos hechos se están convirtiendo en tradición navideña y sinceramente, si poco me agradan estas fiestas con estas costumbres me gustan mucho menos.

Post original en http://estefanialfonso.wordpress.com