Blog de Medalo

Es curioso, pero la primera vez que escuche hablar de este síndrome (estar quemado en el trabajo) se me vino a la cabeza la frase que escuche cuando un estudiante de medicina nos explicaba la adicción al sexo: “y quien no”. Quien no tiene problemas en su trabajo, quien no está cansado de hacer todos los días la misma rutina, son preguntas que se le pasan por la cabeza a cualquier trabajador (o al menos en España, a aquellos que están en edad activa) al oír hablar de este caso.

Pero al profundizar un poco más en los estudios que se están realizando sobre el Burnout, especialmente en el caso de la hostelería (que como sabemos es un trabajo continuo de atención al cliente) nos damos cuenta que es más importante de lo que pensábamos y que afecta a una parte importante de los trabajadores.

Según los estudios, el síndrome hace su aparición con un aparente agotamiento de energía que acaba desmotivando al trabajador. Los clientes los describen como menos sensibles, poco comprensivas y agresivas en su relación con ellos, dándoles un trato distante y cínico.

Esto a la larga no solo se traduce en problemas laborales: como las quejas de los clientes por la atención incluso en ocasiones agresiva, absentismo laboral, abuso de drogas, etc.; sino que también tiene sus consecuencias psicológicas: ansiedad, depresión, baja autoestima…, y físicas: alteraciones cardiovasculares, fatiga crónica, migrañas…

Parece ser que en un primer momento se quiere utilizar la formación para prevenir o, en cierto modo, reducir los efectos del síndrome, pero la duda que surge es: ¿bastaría solo con eso?

Aquí os paso el enlace de uno de los estudios realizados en las Islas Baleares:

http://www.fphib.es/resources/informe_proy_turismo_v2.pdf