El curriculum ha quedado obsoleto. Empiezo este artículo con una frase lapidaria, lo sé, pero totalmente basada en el sentido común. La realidad del mercado laboral ha cambiado, la competencia se ha intensificado, y el escenario está plagado de profesionales perfectamente válidos “a la caza” de un buen puesto de trabajo. Por eso, ¿qué sentido tiene pretender entrar en esta batalla con las mismas armas de antes?
Un currículum puede dar información sobre cómo te llamas y tu expiencia, pero paradójicamente es muy difícil que llegue a dar información relevante sobre ti (matizo, hay quien realmente consigue transmitir su valía en un CV pero no es el caso de la mayoría de mortales), ¿cómo transmites que eres una persona creativa? ¿tenaz? ¿perseverante? ¿o muy especializada en una materia, por ejemplo? Como en la mayoría de cosas importantes, el movimiento se demuestra andando y, para eso, las redes sociales pueden serte de mucha utilidad.
Además, tu capacidad de potenciar y explotar tu networking a través de las redes sociales marcará la diferencia. Pero ¡cuidado! No caigas en eso tan feo de no haber participado nunca en las redes sociales y, de repente un día crearte un perfil en LinkedIn – deprisa y corriendo – empezar a unirte a grupos de búsqueda de empleo, y enviar solicitudes de contacto a diestro y siniestro. Nunca es bueno hacer las cosas a la desesperada, cuántas veces al ver un comportamiento de este tipo en un conocido, no hemos pensado “mira, fulanito debe estar buscando trabajo”. Y es que las cosas hay que hacerlas bien, con objetivos claros, estructura y las formas adecuadas. Así aumentamos nuestras posibilidades de éxito.
Por citar un ejemplo muy sencillo, hace unos días un recién licenciado acudió a mi solicitándome consejo sobre cómo aplicar a una oferta de trabajo que alguien le había pasado: “¿Qué hago? ¿Envío mi curriculum al mail de contacto que indica la oferta?” Mi respuesta fue un rotundo NO. Pensemos un poco – tengamos en cuenta que se trata de una posición junior -, ¿qué es lo que haría cualquiera? Precisamente eso, enviar su curriculum, con más o menos gracia, al contacto que figura en la oferta. ¿En qué nos diferenciamos si hacemos lo mismo que la inmensa mayoría? Absolutamente en nada. Entonces eso no es una opción. En lugar de eso, la persona en cuestión siguió mi consejos y al día siguiente tenía una entrevista con la responsable de selección de esa empresa.
No se me malinterprete por favor, no insinúo ni de lejos que encontrar trabajo en la situación actual sea fàcil. Sólo digo que no podemos esperar resultados distintos si hacemos lo mismo de siempre y si, además, hacemos lo mismo que la inmensa mayoría.