En estos dÃas de Febrero, más frÃos de lo esperado, también sufrimos otras inclemencias ajenas a los avatares de la meteorologÃa y que además, no creo que se apacigüen con la llegada de la ansiada primavera.
Me refiero a la época convulsa que vive la Turoperación española. Lejos quedan los tiempos de su máximo esplendor donde, a los lomos de los grandes turoperadores de nuestro paÃs viajaban miles de turistas viento, en popa a toda vela, y sin atisbar lo que acontecerÃa años más tarde.
Grandes absorciones por un valor diez veces menor al de hace apenas cuatro o cinco años o expedientes temporales de regulación de empleo del veinte por ciento de la plantilla.
Pero seamos rigurosos. No es que la Turoperación española no haya hecho las cosas bien o que se encuentre en una situación distinta al resto de empresas turÃsticas del sector. Sin embargo, probablemente sà es donde más se ha dejado notar la crisis del mercado emisor español por su enorme dependencia, cómo os contábamos en nuestro post de Orizonia, futuro incierto… Y no echemos más leña al fuego.
Si hiciéramos una retrospectiva veinte o veinticinco años atrás recordarÃamos como las grandes Cadenas hoteleras españolas, Meliá, Riu, Barceló o la misma BahÃa PrÃncipe Hotels del Grupo Piñero (entonces construyendo su primer Hotel BahÃa PrÃncipe en República Dominicana), comenzaron a desembarcar en el Caribe para, años más tarde, consolidar sus cuentas de resultados más allá de nuestras fronteras.
Es decir, decidieron apostar por abrir nuevos mercados, ni más ni menos. Seguramente asumiendo enormes dosis de riesgos y con grandes incertidumbres. Pero si nos atenemos a los resultados, la verdad es no les ha ido nada mal.
¿PodrÃan hacer lo mismo los turoperadores españoles? ¿Dónde encontrar algo similar, pero trasladado a los tiempos actuales?
Hace unos meses reflexionábamos sobre lo qué nos da Latinoamérica que no nos ofrezca España y exponÃamos una serie de aspectos que convendrÃa recordar:
Proximidad cultural con España. Además de un idioma común (en la mayorÃa de los paÃses), ya existe una relación empresarial y comercial madura.
PaÃses con enorme potencial, en continuo crecimiento y con mercados internos muy fuertes.
Las nuevas tecnologÃas y el uso de Internet están experimentando un gran desarrollo similar al ocurrido en Europa hace algunos años.
Falta de Know How turÃstico donde la Marca España y sus empresas son consideradas de gran valor.
Si a todo lo anterior añadimos que el destino ‘Caribe’ es uno de los productos más demandados en Latinoamérica y las empresas turÃsticas españolas son el principal proveedor de producto en el destino, ¿tenemos ya todos los ingredientes? Seguramente todos no, pero sà los más importantes.
Latinoamérica está llamada a ser el escenario ideal de inversión para las empresas españolas. Y no solo por los paÃses en la mente de todos como Brasil, México, Argentina o Chile. Prestemos también atención a Colombia o Perú, por citar dos ejemplos con menos renombre pero que están posicionándose en primera lÃnea.
¿Tan descabellado serÃa hablar de un Soltour Colombia, un Iberojet Perú o un Travelplan Chile?
Podrán seguir subsistiendo los grandes turoperadores de nuestro PaÃs con una dependencia tan fuerte del mercado emisor español, del que todos asumen que nunca llegar a ser lo que fue.
¿Sigue habiendo tarta para tantos jugadores...?