El gasto de los turistas españoles retrocede a niveles del año 2005, según leíamos hace unos días en HOSTELTUR noticias de turismo. Supongo que no extrañará a nadie, dada la situación que vive el país y la crisis de consumo derivada de la recesión económica que aprieta, y ahoga, el bolsillo de las familias españolas.
Sin embargo, ese dato negativo que refleja una realidad social mucho más dramática en otros indicadores, también tiene una visión positiva. Y es que, aunque los ingresos por turismo en 2012 sólo crecieron un 0,65% hasta alcanzar los 43.306 millones de euros, según la balanza de pagos del Banco de España (ver ‘Balance 2012 del turismo en España en dos cifras’), el descenso en los pagos ha permitido aumentar el superávit en 2012 en un 2,6%, pasando de 30.604 millones de euros a 31.400. Sólo en diciembre el saldo aumentó un 6,5% hasta situarse en 1.259,6 millones de euros, frente a los 1.182,1 de un año antes.
Esta ampliación del superávit de turismo y viajes ha contribuido a la de servicios que, junto con la reducción del déficit comercial y de rentas y, en menor medida, la disminución del saldo negativo de transferencias corrientes, ha dado como resultado que el déficit de la balanza por cuenta corriente se haya reducido un 78%, al pasar de los 37.497 millones de euros de 2011 a 8.257,9, según los datos del Banco de España.
Por supuesto que con esto no quiero decir que es mejor que los españoles hagan turismo "siempre" en España, como recomendaba Soria este verano. Se olvidaba el ministro de que agencias y turoperadores viven fundamentalmente de este mercado emisor, como ya le hicieron ver las agencias recordándole que es “el ministro de todos” tras su petición de no viajar fuera.
Simplemente quería hacer hincapié en que, al menos en este caso, un dato negativo puede tener también una visión positiva… aunque no para todo el mundo.
El emisor español vivió momentos sobredimensionados durante los primeros ocho años de la década pasada y el crecimiento de los negocios en torno a este fenómeno tendrá que volver a reajustarse de acuerdo con la realidad de nuestras posibilidades.
Si bien es cierto que nos gustaría aprovechar los fines de semana, los puentes, la Semana Santa y el mes de vacaciones para disfrutar de un viaje, nuestras posibilidades económicas son bien distintas.
Los diferentes gobiernos han puesto su mayor énfasis en la promoción de España como destino, y tiene su lógica, pero también es verdad que una buena parte de los negocios turísticos españoles vive de facilitar viajes, tanto internos como externos, a nuestros conciudadanos.
Muchas gracias por su comentario, con el que no puedo estar más de acuerdo. No debemos perder de vista que muchos de nuestros destinos, especialmente los del interior, dependen de una demanda nacional que no pasa por sus mejores momentos y, aunque las competencias están transferidas y a la Administración central únicamente le corresponde la promoción internacional, desde el sector ya se han levantado voces pidiendo campañas de Turespaña para incentivar el turismo en España.
Desde luego alguna iniciativa hay que adoptar para reactivar el mercado nacional, especialmente en sus viajes dentro de nuestras fronteras.
Saludos!