La información sobre la seguridad turÃstica es un factor cada vez más valioso para los destinos turÃsticos internacionales porque incide en la competitividad del sector, y por lo tanto, en los intereses turÃsticos nacionales. Una información que inicialmente surge de las propias entrañas de los destinos y que ha de ser manejada con la mayor intensidad y calidad posibles, por los propios agentes turÃsticos nacionales.
La divulgación y la salida de esa información hasta los potenciales o reales mercados emisores de turistas, hace que nuestra capacidad de influir en dicha información vaya disminuyendo, ya que se convierte en una información compartida con otros agentes y colectivos implicados.
Pensemos que el conocer la realidad sobre la seguridad de nuestro destino, nos permite poder informar detalladamente sobre el mismo. El que no lo hagamos, pudiéndolo hacer, hará que surjan las dudas y la rumorologÃa sobre nuestros destinos e intereses turÃsticos.
Pero mucho más grave será que no sepamos lo que ocurre en nuestra propia casa en materia de seguridad turÃstica. Y por extensión, algo todavÃa más peligroso: que exista una mayor y mejor información sobre nuestra seguridad turÃstica entre los propios mercados emisores y sus representantes. Me refiero a las embajadas y cuerpos consulares, algunos medios de comunicación, ciertos tour operadores o hasta los propios turistas, que pueden disponer de una información más detallada y actualizada sobre nuestra situación interna en materia de seguridad turÃstica.
Llegados a este extremo, la credibilidad como paÃs y como destino turÃstico se resentirá gravemente, con los consiguientes efectos negativos en los procesos turÃsticos y de servicios nacionales.Â
Definir lo que se ha de hacer en esta materia, desarrollarlo de una manera transparente y creÃble, e incluir ciertos componentes de seguridad en los campos de la comunicación y el marketing turÃstico, nos permitirá recuperar la capacidad de convicción ante los mercados emisores de turistas.
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