Lo que se da no se quita...
Los próceres pelotilleros que regalaron al Rey el yate Fortuna valorado en 21 millones de euros, de 41,5 metros de eslora, lo quieren de vuelta, no que ahora que la monarquÃa pasa por horas bajas renuncie a él y pase a Patrimonio para que lo utilice algún advenedizo, por ejemplo, Soraya Saenz de SantamarÃa para posar para El Mundo.
La tropa de dadivosos aduladores la componen entre otros Gabriel Escarrer, de Melià Hotels; Gabriel Barceló, de Barceló Hoteles; el editor Pedro Serra de Última Hora y José Francisco de Conrado, un hombre de La Caixa y MicroBank antes ligado a Patrimonio Nacional, los hermanos March, de Banca March; Miguel Fluxá, del grupo Iberostar; la caja Sa Nostra; el Crédito Balear; La Caixa; Soltour; Air Europa, de Juan José Hidalgo; Gesa; los hermanos Riu de Riu Hotels, Gonzalo Pascual y Gerardo DÃaz Ferran de Spanair-Marsans; Miquel Ramis, de Grupotel; Rosselló-Roxa, de Blau Hotels; Matutes, de Fiesta-Palladium Hoteles; Piñero, de Soltur; Carrillo, de hoteles Globales; el impresor Pep GarcÃa, el comerciante Antonio Fontanet y el industrial alemán Klaus Graff de Teka y Portals o el hotelero Miquel Vicens.
Algunos de los rumbosos donantes como Diaz Ferrán soñarán con el barco en la cárcel. "Copas de yate", como decÃan en la pelÃcula Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto.