A principios de año afirmaba "que la contribución del Turismo al PIB español podrÃa haber superado el 11% en 2012, frente al 10,65% alcanzado en 2011". Es una realidad que tal pronóstico se ha cumplido. A principios de año, mis primeras estimaciones, según se pueden comprobar en la entrevista que me publicaron en la revista NEXOTUR, en el mes de enero, para el año 2012, presentaban una variación posible entre el 11,1 y el 11,3  % de contribución al PIB nacional. Hoy puedo decir, tras la publicación de las diferentes estadÃsticas finales referidas a dicho año, y tras sensibilizar numerosas variables, que la participación se ha quedado en el 11,06 %. Es decir, un porcentaje ligeramente inferior al valor menor que habÃa anticipado.
La razón o pregunta que se formulan numerosos expertos ¿a qué se debe el aumento del peso del Turismo en la economÃa española? no se justifica solo con el argumento aritmético repetido en otras ocasiones a una pregunta similar. "Si el numerador crece relativamente más que el denominador, por una simple relación matemática el cociente es superior". En ese sentido, el conjunto del turismo en valores absolutos creció el 2,2 % y el PIB nacional decreció el 1,4 %. Como consecuencia, se produjo una variación positiva de la participación del turismo de casi cuatro décimas, que es un crecimiento, entiendo que bastante alto.
La pregunta a la que deberemos encontrar respuesta ahora es saber, si se mantendrá la lÃnea ascendente durante 2013. Mis expectativas y las conclusiones que obtengo de los datos actuales, me permiten ser afirmativo. Es evidente que la coyuntura turÃstica, especialmente la que se refiere a la componente internacional nos conduce a dicho pronóstico. Compruébese que hasta finales de mayo el crecimiento del turismo extranjero -medido en personas- aumentó el 3,9 %; y los ingresos o gasto del turismo internacional para la misma variable, en términos de EGATUR se incrementó el 7,9 %. Valores que permiten creer, que como mÃnimo, el aumento real en euros durante todo el año 2013, sin lugar a dudas superará el valor del 2,2 % del 2012, y podrá acercarse como media al 4 %.
Pero ante tal crecimiento, surge una pregunta decisiva ¿Hasta dónde podrá llegar la repercusión del turismo? Esta pregunta la he contestado numerosas veces. Y considerando una situación estable o estructural, no coyuntural, en la que no se debiera el peso del turismo a circunstancias aleatorias, podrÃa responderla de nuevo, señalando lo que siempre he contestado. En un entorno de normalidad, y si lo deseáramos, en un perÃodo entre cinco y ocho años, podrÃamos alcanzar el 14 % del PIB. Y dentro de diez años, a finales del 2022 el 15 %. Es posible que para algunos expertos el dato les resulte exagerado ¿Por qué? Pienso que ello no serÃa otra cosa que aprovechar nuestras rutinas, capacidades y competencias. Y sobre todo ser coherente con lo que tenemos. Una economÃa más dependiente de los servicios, y especÃficamente del turismo, no debiera ser considerada de desajustada, ineficiente y sobre todo anormal.
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Ahora bien, pienso que es necesario aceptar, que hoy, el Turismo en España, no funciona siguiendo un modelo excelente o casi perfecto, aunque la evidencia nos demuestre que ofrece resultados más satisfactorios que el resto de la economÃa. Las razones de la progresión del turismo en cuanto a su mayor contribución a la formación del PIB español las tenemos claras. Por lo que puedo responder sin dudar, que el turismo solo está funcionando algo mejor que el conjunto de la economÃa. Pero estarÃa faltando a mis ideas sino abundara en el pensamiento, y dijera, que actualmente hay un gran desaprovechamiento de sus teóricas capacidades. Potencialidades que mediante una polÃtica turÃstica más dinámica, estratégica e innovadora, podrÃamos materializar y elevar de manera sustancial la riqueza turÃstica.
No obstante lamento, que en conjunto en España, no exista una verdadera polÃtica integral de turismo, derivada de la unidad de mercado. En el plano académico dudo, que haya una verdadera polÃtica turÃstica de gobierno de España o del municipio X. Y especialmente estratégica, fijando horizontes cuantitativos a diez años. Necesariamente, eficiente. Obteniendo los rendimientos que merece nuestra estructura turÃstica, y no aquellos que nos dejan. Obligatoriamente competitiva, sacando partido de tantos recursos, posibilidades y destinos disponibles. Encontrándonos por el contrario condenados a un crecimiento turÃstico, mediocre,  exageradamente masificado y pobre en resultados.
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Considero que el Plan nacional e Integral de Turismo tiene grandes carencias. Posiblemente requerirÃa un seminario de veinte horas -como mÃnimo- para detectar, explicar y orientar el cambio necesario en su proceso de desarrollo. Sin embargo explicaré con brevedad y ánimo constructivo mi reflexión a dicha insuficiencia. En primer lugar, falta la autocritica al pasado, que determine en términos concretos, lo que no está funcionando, que son muchas variables. En segundo lugar, es inexistente un cuadro cuantificado de objetivos, capacidades y potencialidades; siendo necesario que se determinen aquellos y se justifiquen sus prioridades. Y en tercer lugar, es necesario construir una matriz de relaciones entre actuaciones, medidas y polÃticas y fines a conseguir. Es imprescindible avanzar en la aplicación del conocimiento, configurando una matriz de innovación que cruce los instrumentos innovadores y los espacios para innovar. Sin duda el PNIT tiene muy buenas intenciones, es coherente y polÃtico, pero no es un plan, ni integral, ni del turismo que España precisa.
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Algunos administradores, empresarios y técnicos creen que la falta de presupuesto reduce la eficacia de los resultados. Tal como he expuesto anteriormente, no creo que la efectividad del plan esté condicionada al valor del presupuesto. Pienso, muy en contra de lo que opina gran parte de los ciudadanos, que en general no falta capacidad presupuestaria. Creo incluso que en muchos capÃtulos sobra. Mi experiencia personal dirigiendo varios planes estratégicos regionales de turismo me llevó al convencimiento que el problema no era la cuantÃa presupuestaria, sino la enfermiza tendencia al gasto, la falta de imaginación y de creatividad en las formas de actuar; y especialmente, el desconocimiento de nuestra verdadera competitividad. En ese sentido estoy plenamente de acuerdo con la polÃtica de recortes. El problema no está en la cuantÃa, sino en los procedimientos. Por otra parte debo destacar que una de las actividades, sectores o ramas productivas que han de apoyar ahora la recuperación económica, y que menos requiere de la capacidad inversora es el turismo. PodrÃa decirse, que el turismo prácticamente tiene todo lo que necesita para reconvertirse de nuevo en el motor más impetuoso del crecimiento español.
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De todas las maneras es necesario más apoyo por parte del Gobierno al Turismo. Pero no solo del gobierno central, sino también se necesita el apoyo de aquellos gobiernos de las comunidades autónomas, que son quienes tienen trasferidas casi todas las competencias, a excepción de la promoción en el exterior. Debiendo resaltar que es incuestionable una mayor ayuda institucional, que es la que falta. No gimiendo tanto por la económica. En ese sentido serÃa necesario el reconocimiento del turismo como "sector" estratégico de nuestra economÃa. Lo que significarÃa primero acorazar el normal desarrollo de sus actividades, ante actitudes interesadas y paralizantes. SignificarÃa la aplicación de polÃticas impulsoras -no necesariamente generosas en subvenciones- pero si firmes en la neutralidad fiscal. PolÃticas contrarias a las intenciones de determinadas administraciones de intensificar gravámenes locales de bienes y servicios relacionados con la salud del turismo. Impidiendo la aplicación de tasas penosas e irritantes, especialmente las que tienen que ver con el transporte aéreo.
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Creo que se entiende de mis palabras que no puedo ni debo dejar de aplaudir toda campaña del gobierno a favor del turismo. Porque el turismo es nuestra gran oportunidad de obtener resultados extraordinarios. Resultados extraordinarios muy difÃciles de alcanzar en otros sectores por la situación que atraviesa el paÃs. Pero otra cosa distinta significa reconocer lo apropiado de la campaña actual. Pienso que en esta ocasión, la necesidad de la operación es elevada y las acciones me parecen correctas. No obstante hay que considerar, que la demanda turÃstica se constituye por dos grandes segmentos -el turismo procedente del exterior, no afectado por la crisis económica interna, y el turismo interior totalmente condicionado por aquella situación. Por ello es lógico que se impulse con mayor vehemencia, más intensamente, la demanda internacional, ya que incluso los predictores de la OMT atestiguan o señalan que la capacidad de crecimiento de ese segmento este año será del 4 por ciento. Luego hay un horizonte muy potente para crecer.
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Asimismo, nuestro gran problema y nuestra gran incógnita en la actualidad es la evolución del turismo de los residentes, o turismo interior. Recientemente he terminado la especificación y estimación de una función explicativa de la evolución del comportamiento de la demanda domestica, con relación al crecimiento económico, que me permite afirmar -gracias a la consistencia y dominio de los estadÃsticos de contraste- que el proceso está perfectamente delimitado. Por tanto me atrevo a decir, que la demanda interna, precisa el cambio de tendencia de la economÃa española. Pero es evidente, que solo con un ligero crecimiento del PIB del entorno del 0,5 % interanual, veremos resultados sorprendentes, gracias a sensible elasticidad turismo / renta. Por tanto puedo decir, que a pesar de la tragedia del elevado número de población en paro, el turismo, el próximo año 2014 ofrecerá buenos resultados. Es importante manifestar,  que durante el año 2012, en plena crisis social, financiera y económica, la demanda turÃstica de los residentes en España sólo decreció el 1,3 %.
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Por otra parte no puedo sentirme completamente identificado con la opinión de algunos medios de comunicación que afirman que está siendo muy favorecido el destino España por los conflictos en otros paÃses (Egipto, TurquÃa, Grecia…) Ello es cierto, tal como podrá comprobarse, cuando se disponga de los datos de junio y julio de FRONTUR. Sin embargo bastante menos de lo que algunos teóricos han comunicado. Que incluso ha indicado que con tales conflictos, España salvaba la campaña. En ese sentido serÃa absurdo negar la evidencia. Pero también serÃa absurdo identificar o igualar en la cuantÃa y en las modalidades los flujos de viajeros que visitan los paÃses afectados y España. Es mala noticia para nuestro turismo justificar y apoyar el crecimiento en tales vaivenes de la demanda. El turismo que se pretende para España ha de consolidarse estructuralmente. Y solo, como algo circunstancial, debe aceptarse dichas desviaciones del mercado como solución a nuestros problemas.
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Para terminar deseo resaltar, que en el futuro será vital para nuestra estructura turÃstica la aportación que hagan los mercados emergentes. Esas nuevas formas de turismo serán muy importantes para el equilibrio socio económico del mercado que debemos conseguir. Es por ello que una de las estrategias determinantes del futuro turÃstico de España, será adelantar la construcción de un modelo, que ponga el mayor énfasis en los nuevos segmentos. Tanto por el origen de sus mercados, como por la diversidad de su productos, como por el reconocimiento de su calidad. Por tal causa la Universidad Nebrija está trabajando en un proyecto de investigación que promueve una reformulación del producto turÃstico. En donde el fundamento consiste en valorar y proyectar el futuro, pero impulsando con intensidad la excelencia y optando por una matriz de innovación, en donde los instrumentos para el cambio se apliquen en aquellos espacios turÃsticos necesitados (destinos, empresas y productos).Â
Interesante y riguroso análisis sobre la coyuntura turÃstica actual sin duda su lectura es muy recomendable
Muy interesante este artÃculo. No dudo de las fortalezas del sector turÃstico para regenerar la economÃa. Pienso que hay que centrarse en las necesidades de los mercados emergentes y adaptarnos a ello.