TodavÃa apesadumbrados y desconcertados por el fallido intento, y ya van demasiados, de albergar de nuevo unos juegos olÃmpicos en nuestro paÃs, algunos nos despertamos con la sensación de habernos vendido la piel del oso antes de cazarlo.
Convendréis conmigo, sin embargo, que es de resaltar la encomiable labor de la delegación española, capitaneada por Su Alteza Real el PrÃncipe Felipe. Estuvo inmenso en su exposición en Inglés, y soberbio en sus palabras, tras la ‘inesperada’ derrota de nuestra candidatura Madrid 2020. Sin duda, lo mejor de la noche.
Centrándonos en escenarios más turÃsticos, enfocamos nuestro post de hoy, con ciertos paralelismos a mi introducción, reflexionando sobre cómo interpretar tantos mensajes optimistas sobre el devenir de nuestro… Turismo.
Durante estos dÃas, finalizado el mes Agosto que sin duda es el que marca el desenlace de la temporada, solemos analizar cómo se ha comportado la temporada turÃstica.
En la mayorÃa de las empresas turÃsticas de nuestro paÃs, con independencia de su actividad, los meses de Junio, Julio y Agosto pueden llegar a representar hasta el 50% de su facturación con lo que, en estas fechas, ya tienen una idea aproximada de cómo será su cuenta de resultados a final de año.
Es, en este momento, cuando ya constatamos las diversas lecturas que podemos encontrar según la perspectiva elegida para su análisis. Y lo rápido que nos subimos al carro de las buenas noticias, cuando las hay. O como somos capaces de crear expectativas excesivamente optimistas, como quizás nos haya pasado en nuestra apuesta olÃmpica, para luego llevarnos la decepción del siglo. Y si lo analizamos con rigurosidad, no tenÃamos demasiados motivos para ello. Ni para uno, ni para lo otro.
Hace unos pocos dÃas podÃamos leer la noticia del nuevo record histórico de turistas internacionales que habÃamos recibido hasta el mes de Julio. Y Agosto irá seguramente por el mismo camino. Y claro esta, a los pocos dÃas ya leÃamos en los medios que el Turismo volvÃa a ser el motor de la economÃa, faltarÃa más.
Éxito del turismo español o demasiado ruido para tan pocas nueces. ¿Realmente estamos tan bien como nos cuentan? ¿Lanzamos las campañas al vuelo ante la tan ansiada recuperación económica? Bueno, yo no dirÃa tanto.
Analicemos entonces que es lo que va bien y lo que, evidentemente, no marcha como para tirar cohetes.
Para ello, debemos observar la evolución del Turismo en nuestro paÃs desde dos perspectivas bien diferentes. España como destino, mercado receptivo y España como mercado emisor. Y sus comportamientos, a dÃa de hoy, son casi como la noche y el dÃa.
En el primer caso, no hay duda. Este año será uno de los mejores de la última década. Impulsado por el tirón y la buena marcha de la economÃa en varios de los mercados emisores más importantes hacia nuestro paÃs. A esto, podrÃamos añadir la ayuda indirecta por la inestabilidad de ciertos destinos de nuestros competidores en el Mediterráneo. Todo lo cual nos lleva a aseverar, sin temor a equivocarnos, que la marca y el destino España gozan de una salud envidiable.
Sin embargo, si nos referimos a nuestro mercado emisor la cosa cambia, y de qué manera.
Meses atrás nos preguntábamos si la turoperación española necesitaba un nuevo modelo de gestión, y nuestra conclusión era que lo grandes grupos verticales no podÃan ser concebidos tal como los conocimos en el pasado.
En cierta manera, lo que estábamos diciendo es que asistÃamos al final de un modelo de negocio de éxito, posiblemente de un ciclo. Lo que años atrás funcionaba no tenÃa cabida en los tiempos actuales.
El mercado emisor español vive inmerso en uno de las peores situaciones que se recuerda. Y lo peor es que todos asumimos que nada volverá a ser igual.
Las noticias que hemos conocido sobre el ERE que aplicará Viajes Halcón y Viajes Ecuador a más de 500 trabajadores o la refinanciación de los 3.800 millones de euros de deuda de la matriz de Viajes Corte Inglés podrÃa ser una buen muestra de lo anteriormente comentado.
Si el destino España goza de una salud de hierro y esto es bueno para el Turismo. A nuestro mercado emisor le ocurre justo todo lo contrario. Y esto es malo para el Turismo.
Y si damos por cierto lo anterior, deberÃamos seguir hablando del éxito del Turismo español… o lo decimos con la boca pequeña.
Aquà os dejo esta reflexión para que cada cual saque sus propias conclusiones.
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