Un objetivo es algo que nos importa lo suficiente como para esforzarnos en alcanzarlo. Es un resultado concreto a conseguir en un determinado perÃodo y que se deriva de los compromisos básicos del puesto de trabajo.
Para fijar los objetivos en una empresa turÃstica debemos, definirlos, otorgarles la ponderación debida, precisar los niveles de cumplimiento y decidir la escala de recompensa.
Resulta conveniente fijar objetivos a todos los mandos medios del hotel y a sus segundos, aunque ello depende de la valoración del puesto de cada uno que viene dada básicamente por dos factores: la dimensión económica del departamento (presupuesto) y la dimensión humana (número de empleados). Esta valoración tiene una relación directa con el tamaño del hotel.
Como norma general, el director del hotel empezará a transcribir su propuesta de objetivos inmediatamente después de la aprobación del presupuesto para el año siguiente, lo que suele suceder justo antes del cierre del ejercicio económico anual a 31 de diciembre.
Los objetivos deben ajustarse a la llamada Regla M.A.R.T.E., cuyo acrónimo está formado por las iniciales de los conceptos que en él se acopian.
M - Medible: Son válidos aquellos objetivos que se pueden medir.
A -Â Alcanzable: Deben ser posibles llegar a cumplirlos.
R - Orientado a Resultados: Son resultados a alcanzar y no tareas a realizar.
T - Acotado en el Tiempo: Indicación del plazo para alcanzarlo.
E -Â EspecÃfico: Acciones concretas y no vagas idealizaciones.
Lo recomendable es fijar un número de objetivos que ronde entre un mÃnimo de cinco (dos económicos, dos de calidad y uno de desempeño es la combinación más repetida) y un máximo de ocho o nueve (tres económicos, tres de calidad y dos o tres de desempeño).
Cuando el director haya redactado su lista previa de objetivos para sus jefes y antes de citarlos para notificárselos y acordarlos, conviene que compruebe su validez.
José Manuel Barba Márquez
Chema excelente post, que representa un buen recordatorio para aquellos que conociendo la regla no la practican, y de introducción a su conocimiento de quienes no la conozcan, aunque a tenor de como se crean y definen los objetivos en un gran número de empresas, la mayorÃa de directivos de la industria turÃstica, por penoso que pueda parecer, están más lejos de una aplicación coherente y lógica de la Regla MARTE, que de alcanzar el planeta del mismo nombre.
Desde luego Miguel Ãngel. De la teorÃa a la práctica existe un mundo.
Aprecio tu comentario, un saludo!